El 1 de enero entró en vigencia la reforma tributaria que dispone aumentos en los impuestos inmobiliarios urbanos y rurales, automotores, en actividades productivas y otros sectores. Hace unos días, la boleta con el aumento comenzó a llegar a los contribuyentes y se multiplicaron las quejas; en algunos casos, la suba roza el 100%. La queja proviene de familias donde, por ejemplo, el inmueble gravado con el aumento es vivienda única y se cuenta con un solo ingreso, o en el caso de jubilados propietarios.
El titular de la Agencia Tributaria de Entre Ríos (ATER), Marcelo Casaretto, explicó los criterios de aplicación de los aumentos. “El impuesto inmobiliario tiene que ver con la aplicación de la Ley de Valuación, que tiene 20 o 30 años, y establece que el avalúo de los inmuebles tiene que tener relación con el costo de reposición de la vivienda. Por lo tanto, eso, año tras año se va actualizando de acuerdo a cómo van evolucionando los precios para construir esa casa nuevamente. Entonces, Catastro propone lo que es la ecuación de los valores y el Ejecutivo saca un decreto, que en este caso lo sacó en el mes de diciembre disponiendo la actualización de la tierra libre de mejoras, que ha aumentado su valor”.
Aclaró luego que “en este caso, ese aumento está totalmente lejos de lo que es el valor de una propiedad en una zona urbana de Paraná, de Gualeguaychú o de Concordia. El inmueble, la tierra, tiene la mejora que es la construcción; se debería aplicar un índice altísimo y el Gobernador decidió aplicar una escala de entre el 15 y el 30 por ciento. Es decir que las categorías más bajas tienen un aumento del valor de la mejora del 15 por ciento que va creciendo al 18, 20, 22 al 30 por ciento para las propiedades más altas”.
Como siguiente fundamento que esgrimió Casaretto recordó que “en diciembre se sancionó la Ley con la necesidad de aumentar los salarios a los trabajadores para poder mejorar el escalafón general, la Policía, los maestros y demás se aplicó un adicional para seguridad social. Eso conlleva un aumento del 20 por ciento para las escalas más bajas y el 30 por ciento para las escalas más altas”.
Luego, el titular de la ATER indicó que “el tercer factor que incide es en aquellos inmuebles que estaban anotados en ocho categorías y se crearon dos más, la 9 y la 10, que son los inmuebles que tienen los mayores avalúos y tienen una alícuota progresiva más alta”.
El valor del inmueble
De esa manera, sumando los tres puntos que inciden en el aumento, hay contribuyentes que recibieron su boleta con casi el 100 por ciento de suba. Y es allí donde el vecino que tiene una propiedad como vivienda única y vive de un solo salario o jubilación siente el impacto del aumento. “Como resultado de la aplicación de los tres elementos, de acuerdo al valor de cada inmueble, tiene un efecto distinto”, explicó el funcionario.
“Una vivienda urbana que tiene un avalúo fiscal de 200 mil pesos es una vivienda que en el mercado cuesta, por lo menos, diez veces más; y estamos hablando de viviendas de dos millones y pico de pesos y es vivienda única. Tengo una mansión en el Parque Urquiza de Paraná, no importa si es única, lo que importa es el valor que tiene”, dijo y recalcó: “Lo que pasa es que los impuestos graban dos cosas, graban una manifestación de riqueza de un patrimonio que se tiene o el ingreso que se tiene. Es extraño, pero hay gente que tiene muchos ingresos pero no tiene ningún patrimonio; o tiene un patrimonio y no tiene ingresos. La ley impositiva no está a la medida de Juan o de Pedro. Un inmueble es cuánto vale, qué valor tiene, no qué ingresos tiene y si es único o no”, aseveró.
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