El viernes habrá encuentro en Gualeguay para resolver los pasos a seguir.
Ante al discurso del gobernador Sergio Urribarri en la apertura de sesiones ordinarias del 135 período legislativo, donde se realizó una autocrítica por haber pertenecido a un gobierno que apoyó al neoliberalismo, Bel aclaró que el kirchnerismo también pone en riesgo a los pequeños y medianos productores como lo hizo el menemismo en los ’90, favoreciendo la concentración económica.
El asesor técnico de la Federación Agraria Argentina, en el tercer distrito, explicó a AIM que la presión fiscal es una de las herramientas del Estado que está ajustando sobre sectores donde la rentabilidad es muy escasa.
Precisamente, la Reforma Tributaria, “se trata de una modificación impositiva que cambió todos los tributos de la provincia, que acentúa la presión fiscal, que busca recaudar desde todos los sectores, ya que aumentó Ingresos Brutos, los inmobiliarios, automotores, la Ley 4035, se quitaron exenciones (como a las cooperativas), se modificaron los impuestos a los sellos y se crearon nuevas alícuotas a los juegos de azar”, indicó el ingeniero.
En lo que involucra al productor “se observa con preocupación que, por un lado, hay un cambio en el IIR, que fijó nuevos adicionales que van desde un 20 a un 30 por ciento, según el tramo al que pertenezcan en la tabla; por el otro, se gravó con un uno por ciento a la producción primaria”, a lo que se le sumó que se quitó la exención a las cooperativas que facturen por encima del monto que establece la Ley y se elevó un cuatro por ciento en Ingresos Brutos.
La suba en Ingresos Brutos impactará doblemente en el campo: por un lado, sobre los bienes y servicios que se adquieren para la producción como el combustible, semillas, energía y fertilizantes; y, por el otro, afectará a los pequeños y medianos productores que deberán pagar por su actividad primaria si superan los cuatro millones.
Además, la eliminación a los beneficios al sector cooperativo -que viola la Constitución-también golpeará al campo, ya que “el impacto que tendrá sobre los productores será mucho mayor, porque al aumento del tributo en sí hay que duplicarlo por la quita del 50 por ciento que se tenía en el impuesto a los Ingresos Brutos”.
En ese marco, Bel aseguró que con esta presión fiscal el productor tendrá que transferir más recursos a la provincia y las cooperativas deberán cobrarle más al productor para enviar más capital a la Administración Tributaria de Entre Ríos (Ater), es decir, “es un ingrediente más a la pérdida de rentabilidad, al inconveniente que hay de competitividad, al proceso de endeudamiento que tiene le productor, a la enorme presión fiscal que tiene el productor por parte de la Nación, la provincia y, también en algunos casos, por parte de los municipios que cobran tasas por retribución de servicios”.
Ante ese contexto, el asesor técnico de la FAA advirtió que “el 90 por ciento los pequeños y medianos productores de Entre Ríos que tienen como única o principal la agropecuaria está en riesgo”, panorama que se complica aún más ya que ven con preocupación “que la presión fiscal sigue creciendo ya que lo hizo en forma desmedida a nivel nacional con todos los impuestos y, sigue aumentando en la provincia”.
Esta alta presión fiscal, devela que por cada hectárea que genera 8122 pesos que implica una inversión de 4114 pesos (50,5 por ciento), el Estado recibe 3703 pesos (45,6 por ciento) y el productor se queda con 233 pesos (4,35 pesos).
Ante esa cartografía, Bel explicó que el modelo que lleva adelante los gobiernos nacional y provincial siguen favoreciendo la concentración económica, por lo que aseguró que los federados lo resistirán como lo hicieron durante la década del ’90 que enfrentaron el modelo neoliberal que llevó adelante Carlos Menem quien se planteó, justamente, la privatización de las empresas, la apertura de la economía y la destrucción del Estado.
Negociar para que el impacto no sea tan fuerte
Ante este panorama, la Mesa de Enlace de Entre Ríos apuesta al diálogo para tratar de resistir el impacto negativo que tendrá la nueva Tributaria. En ese escenario, conversaron con las autoridades de los ministerio de la Producción y de Economía, Hacienda y Finanzas, con quienes se planteó la necesidad de que se quite el aumento del 50 por ciento que deberán pagar las cooperativas y que no se actualicen los avalúos, es decir, que queden congelados, porque si aumenta el valor de la propiedad eso se reflejará en la alícuota.
Además, se solicitó que se analice la posibilidad de que no se realicen las declaraciones juradas mensualmente sino que sea una anual; se pidió que se flexibilicen las cuestiones formales que muchas veces generan multas cuando se presentan inconvenientes en las cuestiones burocráticas; y, también, se demandó reformar aspectos que hacen sobre el pequeño y mediano productor.
Ante al discurso del gobernador Sergio Urribarri en la apertura de sesiones ordinarias del 135 período legislativo, donde se realizó una autocrítica por haber pertenecido a un gobierno que apoyó al neoliberalismo, Bel aclaró que el kirchnerismo también pone en riesgo a los pequeños y medianos productores como lo hizo el menemismo en los ’90, favoreciendo la concentración económica.
El asesor técnico de la Federación Agraria Argentina, en el tercer distrito, explicó a AIM que la presión fiscal es una de las herramientas del Estado que está ajustando sobre sectores donde la rentabilidad es muy escasa.
Precisamente, la Reforma Tributaria, “se trata de una modificación impositiva que cambió todos los tributos de la provincia, que acentúa la presión fiscal, que busca recaudar desde todos los sectores, ya que aumentó Ingresos Brutos, los inmobiliarios, automotores, la Ley 4035, se quitaron exenciones (como a las cooperativas), se modificaron los impuestos a los sellos y se crearon nuevas alícuotas a los juegos de azar”, indicó el ingeniero.
En lo que involucra al productor “se observa con preocupación que, por un lado, hay un cambio en el IIR, que fijó nuevos adicionales que van desde un 20 a un 30 por ciento, según el tramo al que pertenezcan en la tabla; por el otro, se gravó con un uno por ciento a la producción primaria”, a lo que se le sumó que se quitó la exención a las cooperativas que facturen por encima del monto que establece la Ley y se elevó un cuatro por ciento en Ingresos Brutos.
La suba en Ingresos Brutos impactará doblemente en el campo: por un lado, sobre los bienes y servicios que se adquieren para la producción como el combustible, semillas, energía y fertilizantes; y, por el otro, afectará a los pequeños y medianos productores que deberán pagar por su actividad primaria si superan los cuatro millones.
Además, la eliminación a los beneficios al sector cooperativo -que viola la Constitución-también golpeará al campo, ya que “el impacto que tendrá sobre los productores será mucho mayor, porque al aumento del tributo en sí hay que duplicarlo por la quita del 50 por ciento que se tenía en el impuesto a los Ingresos Brutos”.
En ese marco, Bel aseguró que con esta presión fiscal el productor tendrá que transferir más recursos a la provincia y las cooperativas deberán cobrarle más al productor para enviar más capital a la Administración Tributaria de Entre Ríos (Ater), es decir, “es un ingrediente más a la pérdida de rentabilidad, al inconveniente que hay de competitividad, al proceso de endeudamiento que tiene le productor, a la enorme presión fiscal que tiene el productor por parte de la Nación, la provincia y, también en algunos casos, por parte de los municipios que cobran tasas por retribución de servicios”.
Ante ese contexto, el asesor técnico de la FAA advirtió que “el 90 por ciento los pequeños y medianos productores de Entre Ríos que tienen como única o principal la agropecuaria está en riesgo”, panorama que se complica aún más ya que ven con preocupación “que la presión fiscal sigue creciendo ya que lo hizo en forma desmedida a nivel nacional con todos los impuestos y, sigue aumentando en la provincia”.
Esta alta presión fiscal, devela que por cada hectárea que genera 8122 pesos que implica una inversión de 4114 pesos (50,5 por ciento), el Estado recibe 3703 pesos (45,6 por ciento) y el productor se queda con 233 pesos (4,35 pesos).
Ante esa cartografía, Bel explicó que el modelo que lleva adelante los gobiernos nacional y provincial siguen favoreciendo la concentración económica, por lo que aseguró que los federados lo resistirán como lo hicieron durante la década del ’90 que enfrentaron el modelo neoliberal que llevó adelante Carlos Menem quien se planteó, justamente, la privatización de las empresas, la apertura de la economía y la destrucción del Estado.
Negociar para que el impacto no sea tan fuerte
Ante este panorama, la Mesa de Enlace de Entre Ríos apuesta al diálogo para tratar de resistir el impacto negativo que tendrá la nueva Tributaria. En ese escenario, conversaron con las autoridades de los ministerio de la Producción y de Economía, Hacienda y Finanzas, con quienes se planteó la necesidad de que se quite el aumento del 50 por ciento que deberán pagar las cooperativas y que no se actualicen los avalúos, es decir, que queden congelados, porque si aumenta el valor de la propiedad eso se reflejará en la alícuota.
Además, se solicitó que se analice la posibilidad de que no se realicen las declaraciones juradas mensualmente sino que sea una anual; se pidió que se flexibilicen las cuestiones formales que muchas veces generan multas cuando se presentan inconvenientes en las cuestiones burocráticas; y, también, se demandó reformar aspectos que hacen sobre el pequeño y mediano productor.
Fuente: AIM Digital
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