Nuevamente las tareas de inteligencia desarrolladas para combatir el delito de abigeato han tenido el efecto deseado, que no es otro que descubrir quienes son los malvivientes que se dedican a incursionar en los diferentes campos lindantes al Río Gualeguay, con la finalidad de faenar ganado vacuno, para posteriormente de muerto el animal despostarlo minuciosamente para así poder transportarlos fácilmente por canoa en varias bolsas, facilitando el modus operandis de ser no identificado el damnificado, por lo menos en la primera instancia investigativa. Para lograr un procedimiento de estas características se necesita una dedicación exclusiva del personal idóneo en la materia, que no es otro que el dependiente de la Dirección Prevención de Delitos Rurales, es por ello que luego de una paciente espera, en horas después del mediodía -14 horas- la Brigada de Abigeato con asiento en Gualeguay, se aposto estratégicamente en diferentes puntos de la zona ribereña con la consigna de desentrañar esta metodología delictiva, dicha vigilancia encubierta comienza a prestarle mucha atención a una moto conducida por un masculino que trasladaba un carro de metal, que se acerca a la costa para dejarla estacionada muy disimuladamente entre unos arbustos ubicados a la vera del río, para luego subir a una embarcación con un motor fuera de borda que lo estaba esperando, hasta allí nada tan anormal que hiciera presagiar algo sospechoso para el ojo común de un noble ciudadano, pero si para la visión ocular de un policía experto en la materia, mas cuando al afinar la mirada a través del ojo de águila, se detecta que en la canoa iban navegando dos personas conocidas dentro del mundo del cuatrerismo departamental, que se dirigían por el río hacia la zona del establecimiento La Chimenea.
Si bien hasta allí nada se encuadraba en el delito, se presagiaba que en nada bueno andarían esas almas, razón por la cual el Oficial Principal Sosa, alerto a todo sus numerarios para que tomen posiciones estratégicas para observar el recorrido, especialmente uno cerca de la Rotonda Oeste de la Costanera Sur, desde donde se podía observar e interceptar a cualquier persona que saliera desde la costa del Río hacia la Costanera.Cerca de las 16 horas el Cabo Primero Lancina Ricardo se ubica justo donde fue ocultada la moto con el carrito, sobre el margen Sureste del Río Gualeguay frente al Islote de Turinetto, lográndose ver al frente hacia el margen Suroeste, un rancho construido de chapa y paja, con nylon de silo negro y blanco tendido en las paredes laterales, siendo un puesto utilizado por un masculino apodado “Nene”-ya detenido por causas de robo de ganado menor y mayor-, casilla precaria ya emplazada sobre el Departamento Islas del Ibicuy.
Las diversas disposiciones estratégicas sobre la ribera, facilitaron que cerca de las 17:15 horas uno de los policías escuchara a lo lejos tres detonaciones de arma de fuego, precisamente hacia donde se habían dirigido estos carneadores en dirección al Establecimiento “La Chimenea".
Pasado más de una hora el mismo funcionario escucha el motor de una canoa, observando a los tres "rápidos del cuchillo" que navegaban hacia el cardinal Norte en un bote color rojo con los bordes azules, impulsada por un motor fuera de borda, siendo la misma que originalmente creo las dudas en los mimetizados uniformes policiales, la cual atraca en el rancho aludido, allí el Cabo Vilche Maximiliano que se encontraba en una posición favorable para observar lo que sucedida, advierte que descargan varios elementos, entre los que puede destacar una funda de un arma larga de fuego, portada por uno de los masculinos llevándola atravesada en la espalda, para luego de descargar otras pertenencias, vuelven a la canoa con un nylon de silo bolsa utilizado para desembarcar un animal vacuno muerto, ya abierto y sin cuero, sin poder brindar mayores características por la distancia, pero si que dos de los masculinos llevaron el animal al interior del rancho, mientras que el restante se quedo limpiando la embarcación, el cual finalizada su tarea se suma a los otros dos, para luego de pasados treinta minutos, dos de los cuatreros cruzan las aguas de hacia la costa donde estaba el ciclomotor, uno se baja de la lancha para subir al rodado, retirándose sin llevar nada, mientras el lanchero vuelve a la casilla, pero una hora después sin observarse movimiento alguno vuelve el motorista, dejando el rodado con el carro a cuestas unos metros antes de llegar a la costa, para caminar hasta la misma, donde es buscado por el mismo sujeto, para trasladarlo nuevamente a la ranchada.
Con el oscurecer del día -21 horas-, el personal policial esperando el momento preciso para actuar en tiempo y espacio, comienza a escuchar en el silencio de la noche, ruidos como que cargaban elementos en la canoa, para enseguida poner el motor el marcha y atravesar el río hacia donde estaba la moto.
Circunstancia que al bajar uno de los malvivientes, se le da la voz de alto, siendo aprehendido por la comisión policial, resultando ser el mismo conductor de la moto, pero esta acción fue aprovechada por los otros dos delincuentes para escapar "como pez en el agua", ya que con el motor en marcha facilito la fuga acuática, siendo imposible capturarlos porque no se contaba con otra nave náutica para su persecución, máxime por la oscuridad reinante.
No obstante ello se quedo una consigna humana en la zona para preservar la escena hasta las próximas horas diurnas, en virtud que el bandido antes de ser reducido arrojo un objeto, el que no pudo ser localizado pensando que podría haber caído al agua, pero con la esperanza de ser hallada con la minuciosa recorrida por la ribera en pos de buscar también otros elementos de interés a la causa.
Una vez finiquitado los pasos procesales de rigor, el detenido es conducido a la Jefatura Central, conjuntamente con el secuestro de su motocicleta marca Honda Wave 110 CC, la cual llevaba adosada en su parte trasera un carro de chapa con dos ruedas, siendo el acoplado ideal para cargar la presa animal.
Posteriormente la persona trasladada fue debidamente identificada como Alberto (28), quien quedo detenido y afectado a la causa judicial que con el correr la de las horas se fue dilucidando mayores detalles, como que al llegar el amanecer, al sumarse al rastrillaje personal de Comisaría Segunda, se observó en un zanjón por la zona de la Primer Compuerta Oeste, siguiendo la vera del canal de dicha compuerta, hacia el Oeste, uno de sus bordes, había varias plantas de abrojo arrancadas desde su raíz que tapaban un nylon silo color negro, por lo que al ver debajo de estas malezas, se pudo constatar la presencia de seis (06) bolsas; cincho (05) de las cuales eran de material Plastillera y una de alimento para perro, que contenían en su interior carne que a simple vista parecía ser de un animal vacuno. Informando el hallazgo al Dr. Telenta Ignacio, quien dispuso el inmediato secuestro de la carne, procediéndose a su desnaturalización por incineración, ya que de acuerdo al informe médico veterinario, la misma no se encontraba en condiciones para el consumo humano por no reunir las condiciones organolépticas apropiadas debido a que tenia pasto, tierra y llevaba varias horas a la exposición de la naturaleza, despidiendo olor nauseabundo.
Consecuentemente a este hallazgo era de vital importancia lograr la individualización de la víctima, quien a criterio de la autoridad preventora, sería el dueño de los ganados que se encuentran en el establecimiento rural "La Chimenea", establecimiento que se encuentra por el camino a Estancia "La Calera" dentro del radio jurisdiccional del Departamento Islas; por lo que hechas las averiguaciones del caso se puede determinar que la persona buscada seria Javier, el cual reconoció que se presentaría en fiscalía para radicar la formal denuncia en su perjuicio, ya que encontró sobre la margen del río las achuras del animal faenado por estos forajidos, que ahora deberán dar cuenta a la justicia porque se hallan debidamente identificados.-
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