Así lo revela un informe de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU). Dentro de cuatro años, la cifra se situará en 50 millones de toneladas.
El informe de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU) difundido ayer constata que la basura electrónica, equipos electrónicos y eléctricos que abarcan desde pequeños electrodomésticos hasta monitores de televisión pasando por teléfonos móviles, es un creciente problema. De esta forma, el año pasado fueron producidas 41,8 millones de toneladas en todo el mundo.
En 2010 se generaron 33,8 millones de toneladas de basura electrónica. En sólo cinco años, la cifra aumentó en 8 millones de toneladas. En términos de kilos por habitante, la media de basura electrónica generada por persona que habita el planeta ha aumentado casi un kilogramo en ese periodo, pasando de 5 a 5,9 kilogramos. Para 2018, cuando se prevé una población mundial de 7.400 millones de personas, cada habitante del planeta generará una media de 6,7 kilogramos de basura electrónica.
Uno de los autores del informe, Ruediger Kuehr, declaró a la agencia de noticias EFE que el acortamiento de la vida útil de electrodomésticos y otros aparatos electrónicos y su diseño, que dificulta o imposibilita su reparación, es una de las principales causas de la creciente generación de basura electrónica.
Kuehr señaló que es un poco un problema “de que es primero, el huevo o la gallina” porque las empresas están interesadas en productos que duren poco “pero los consumidores también están interesados en comprar aparatos baratos, que en su mayoría no se pueden reparar para abaratar su diseño”.
Kuher, director del programa de UNU Sustainble Cycles (Scycle), añadió que no está convencido que el problema se pueda atajar con legislación pero sí con la actuación de los gobiernos. “Si los gobiernos, que son de los mayores compradores del mundo de algunos de estos productos, reconsiderasen sus políticas de adquisiciones de este tipo de equipos, tendría un impacto sustancial”, explicó.
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