jueves, 9 de abril de 2015

“Creo que vale la pena intentarlo”

La nueva ley de salud mental busca reducir los tiempos de internación y prohíbe abrir neuropsiquiátricos; antes, los pacientes pasaban décadas hacinados y sobremedicados; hoy, se busca que puedan seguir sus tratamientos en forma ambulatoria. María Julia Contín Gispert, psiquiatra del Salaberry reconoce lo complejo del desafío para la institución local, pero cree que el fin de los manicomios es el camino.

Los lamentables hechos ocurridos en Victoria durante los últimos meses abrió el debate sobre la eficiencia en los tratamientos de los pacientes con trastornos mentales y el replanteó sobre la nueva ley de salud mental que promueve la desinstitucionalización.
La Semana entrevistó a psiquiatra María Julia Contín Gispert, integrante del equipo de Salud Mental del Hospital Salaberry para conocer su visión sobre esta demandante área.
¿Qué opinión le merece la nueva ley de Salud Mental?
Estamos aprendiendo a manejarnos con la nueva ley, esto no un proceso espontáneo y va a llevar tiempo formar la red completa. Un psiquiátrico es una institución monovalente, y el hospital es polivalente. Los primeros terminan siendo un depósito de personas. Corresponde que los enfermos mentales tengan derechos y que puedan reinsertarse en la sociedad . Un diagnostico estigmatiza, y sabemos lo cruel que es la sociedad a veces. Es importante tratar de llegar al máximo de normalidad. Conseguir una vida sana, porque hay un montón de gente con padecimientos mentales que pueden seguir su vida social, laboral, educativa, con un tratamiento, sin problemas. La sociedad los olvida cuando quedan internados. Es triste, porque que tenga un padecimiento mental no quiere decir que no se den cuenta. Es similar a lo que ocurre con los geriátricos, pero a esto hay que súmale que hay gente de 20, 35, 40 años que están en la plenitud de su vida, por eso a pesar de las complicaciones lo que propone esta ley es un intento que vale para tratar de cambiar la historia.
Cuando hace cuatro años presentaban los aspectos destacados de esta ley en el Cic, por lo bajo varios profesionales y funcionarios se mostraban incrédulos en su implementación, aunque cuando se prendía el grabador expresaban todo lo contario. ¿Cree que sus colegas están convencidos de su aplicación?
A nadie le gusta el cambio. El cambio es duro y siempre preferimos quedarnos así como estamos. Creo que vale la pena intentarlo.
¿Qué es lo que les pide la ley a los hospitales?
La ley te pide que los pacientes con problemas mentales sean tratados en lugares polivalentes. Entonces lo urgente lo tratamos acá, y una vez estabilizado con su cuadro, se intenta articular con la familia, que es el sostén más importante, para hacer la externación, promoviendo conductas externas en Centros de Día, talleres, etc.
¿Y están en condiciones de absorber la demanda que genera ahora las presencia de la droga en la ciudad?
Las drogas legales o ilegales complican muchísimo el tratamiento de la persona, porque una droga te puede, por ejemplo, despertar un brote psicótico.
Quiénes estamos en el trato de la noticias permanentemente nos topamos con casos de madres que llegan a la Justicia o a los medios pidiendo para que alguien las ayude para sacar a sus hijos de las drogas y es evidente que no encuentra respuesta a su demanda. ¿ Qué respuesta se les puede dar a estas personas?
La gente tiene la idea que viene al hospital, lo derivan a un centro de rehabilitación y lo devuelven curados, pero no es tan sencillo. Si bien existen lugares para desintoxicación, estos trabajan con personas que van por su propia voluntad, y muchos de estos casos el que padece al adicción se niega al tratamiento. También hay que ver cómo sostener económicamente los tratamientos en esos lugares, porque si no los cubre la obra social es muy difícil resolver desde el hospital la limitación económica de la familia. Por eso es que lo que va a llevar tiempo de la implementación de la nueva ley es formar toda la red, porque son políticas de salud que se van ir dando a medida que esto va avanzando. Nosotros tratamos de buscar estrategia que dependen de las posibilidades de la familia, del paciente en sí, y de lo que podemos resolver desde acá.
¿En el Hospital cuentan con los medicamentos que requiere un tratamiento psiquiátrico?
No tengo límite en las medicaciones, aunque soy reticente a dar mucha medicación, además que estos medicamentos cuando hay que comprarlos en la farmacia salen muy caros. Las dosis deben ser más controladas, éstos medicamentos además suelen tener un límite de dosis y algunos cuentan con contraindicaciones.
¿y el alcoholismo cómo influye en el desarrollo de las patologías psiquiátricas?
El alcohol es una droga legal y esto hace más difícil el tratamiento. El alcohol también puede desatar una situación psicótica, y se agrava porque el alcohol está en todos lados.
¿El hecho de tener un casino en Victoria hizo aumentar los casos de ludopatías?
Es curioso pero la gente no identifica estas nuevas adicciones como un problema, aunque está muy presente, pero ligado a otras adicciones generalmente.
¿Cuántos casos atiende por día?
Estamos trabajando mucho en la organización. Generalmente no damos más de ocho o nueve turno por día, más las internaciones. Hay que entender que es fundamental además de la atención personal tener la historia clínica completa del usuario y dejar el registro con las indicaciones porque los demás profesionales deben estar al tanto de cada caso.
¿Hay alguna problemática que sobresale en Victoria?
Lo que más veo son muchas adicciones de chicos jóvenes, en especial a la marihuana, la cocaína, y las pastillas con cuadros psicóticos. Lo que no alcanzo a dilucidar aun es si estos casos tenían una predisposición y se les despertó con la droga, o si era un padecimiento ya lo tenían, y se complicó con la droga.
¿Qué opina de los casos policiales que se dieron en la ciudad con estos dos casos donde hijos con problemas mentales mataron a sus madres?
Primero hay que ver si se cumplía con la medicación. Esto es fundamental, y de todos modos no quiere decir que las coas en alguno momento no se salgan de control. Son patologías que no se pueden predecir. Uno puede hacer una evaluación en este momento de los casos, pero el enfermo es atravesado por la personalidad, situaciones familiares, sentimientos, por lo que hay que evaluar cada caso. En estas situaciones ayuda mucho el apoyo familiar, de lo contrario se hace muy difícil sostener un tratamiento en el tiempo. Si no tienen contención, no adhieren a los tratamientos, no tienen control, y muchos caen en otras adicciones. Lamentablemente esto es muy desgastante para la familia, en especial para el cuidador, de allí que surgen también lo que se conoce como patología del cuidador.
Un párrafo para la depresión. ¿A qué señales debemos estar atentos para darnos cuenta que estamos frente a un cuadro depresivo nuestro o de una persona cercana?
Lo complejo de la depresión radica en que uno lo vive muy interiormente. La familia, o las personas que están alrededor puede ver pequeñas cosas, aunque a veces no es tan notorio. Debemos estar atento a los cambios de humor, de hábitos, aumento o disminución del apetito, desgano, descuido de a imagen personal, alteraciones del sueño. Seguramente muchos pensarán que en algún momento de nuestra vida estuvimos deprimidos, pero lo importante es que no se prolongue en el tiempo, articular mecanismos para sacarlo adelante. Si uno puede encontrar la forma de resolver sus problemas y esta acompañado se puede salir. No todo el mundo hace depresiones, y así como hay gente con muchos problemas que sale adelante, también existen lo que se conoce como “depresiones endógenas” que aparecen aparecen a pesar de no tener ningún problema.
A veces se complica
En el Hospital de Victoria funciona un Equipo de Salud Mental, integrado por ocho profesiones entre los que se encuentra una psiquiatra, psicólogos, psicopedagogos, una abogada, acompañantes terapéuticos y asistentes social
El director del Hospital Salaberry, Egardo García reconoció que se presentan algunas trabas en el proceso de atención de los pacientes psiquiátricos y que generan algunas complicaciones para un hospital general. “Cuando se nos suman seis pacientes enfermos mentales, algunos incluso que llegan a través de oficios judiciales, no nos permiten completa las 12 camas que podrían estar disponibles para otros que necesitan internación”. 

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