La directora de la Escuela N° 5 "Manuel Belgrano" de la ciudad de Paraná, adulteró el boletín de calificaciones de una alumna. Concretamente, mandó a enmendar la libreta para favorecer a su nieta que, de ese modo, podía resultar abanderada. De un 9 pasó a un 10. En el caso ya intervino la supervisora del área. Dicen que fue un hecho aislado, pero todo indica lo contrario.
Parte de la convivencia en una escuela está hecha, también, de rumores. Es de lo más habitual que dentro de una institución educativa se escuchen versiones sobre acciones polémicas de directivos o maestros. En ese marco "el acomodo" es un tema central. La directora que favorece el ingreso de uno u otro estudiante, la maestra que se la hace más fácil a uno u otro alumno. Hay dichos más graves incluso, que apuntan a un encono contra determinadas personas por raza, religión o situación social. Pocas veces los dichos trascienden el boca en boca y generalmente quedan en eso: presunciones, sospechas, rumores, a veces surgidos de disputas zonzas, a veces inventados, a veces con algún sustento más o menos comprobable.
Este caso no tiene nada de esa tradición del chisme. En la Escuela Manuel Belgrano, de Paraná, ubicada en calle 9 de julio 400, una docente expuso ante su supervisora una situación muy concreta: le habían cambiado la nota que ella misma había escrito en la planilla correspondiente. Y la alumna en cuestión, no era otra que la nieta de la directora del establecimiento, Viviana Pross. En vez del 9 que había calificado la profesora de Educación Física para la niña, en la libreta se había estampado un 10, encima de un borrón que se pudo detectar a simple vista.
La historia, en rigor, tiene capítulos previos. La docente que expuso la situación conocía de antemano las presiones que habían recibido un año antes los maestros de las diferentes asignaturas de parte de la directora. Para que la cosa fuera bien, había que admitir las sugerencias de Pross en las notas, en especial cuando refería a familiares suyos. En cualquier caso, a la directiva no le temblaba el pulso para enmendar lo que hiciera falta enmendar.
En conocimiento del antecedente, la docente del área específica advirtió al personal encargado de pasar la nota de la planilla a la libreta en términos muy claros: "No me vayan a cambiar la nota porque lo voy a denunciar, yo puse un 9".
La maestra siguió las instrucciones, pero la directora dio la contraorden, mandó a enmendar la libreta de su nieta y encima del auténtico 9, hizo colocar el falso 10.
"Yo tengo 25 años en la docencia y nunca vi algo así", se asombra, todavía, la profesora de Educación Física y sostiene que no es el único caso; se comprobaron más.
Ella misma pidió ver la libreta pero no hubo caso: no se la querían mostrar. Fue entonces que realizó la exposición ante la supervisora de su área. Frente a la autoridad, la directora no tuvo opción, se confeccionó un acta y se confirmó: la nieta de la directora tenía un 10 que la docente no había puesto ahí.
La directora, aseguran fuentes de la escuela, también había intervenido para desfavorecer a otra alumna con mayores posibilidades de acceder a portar la bandera. La excusa era que no tenía trayectoria en la escuela o un comportamiento adecuado.
"El hecho es que adulteraron un documento y borraron nota de una libreta. Esa nota, lo más grave, es que era de la nieta de la directora", explica la docente.Entre Ríos ahora
Parte de la convivencia en una escuela está hecha, también, de rumores. Es de lo más habitual que dentro de una institución educativa se escuchen versiones sobre acciones polémicas de directivos o maestros. En ese marco "el acomodo" es un tema central. La directora que favorece el ingreso de uno u otro estudiante, la maestra que se la hace más fácil a uno u otro alumno. Hay dichos más graves incluso, que apuntan a un encono contra determinadas personas por raza, religión o situación social. Pocas veces los dichos trascienden el boca en boca y generalmente quedan en eso: presunciones, sospechas, rumores, a veces surgidos de disputas zonzas, a veces inventados, a veces con algún sustento más o menos comprobable.
Este caso no tiene nada de esa tradición del chisme. En la Escuela Manuel Belgrano, de Paraná, ubicada en calle 9 de julio 400, una docente expuso ante su supervisora una situación muy concreta: le habían cambiado la nota que ella misma había escrito en la planilla correspondiente. Y la alumna en cuestión, no era otra que la nieta de la directora del establecimiento, Viviana Pross. En vez del 9 que había calificado la profesora de Educación Física para la niña, en la libreta se había estampado un 10, encima de un borrón que se pudo detectar a simple vista.
La historia, en rigor, tiene capítulos previos. La docente que expuso la situación conocía de antemano las presiones que habían recibido un año antes los maestros de las diferentes asignaturas de parte de la directora. Para que la cosa fuera bien, había que admitir las sugerencias de Pross en las notas, en especial cuando refería a familiares suyos. En cualquier caso, a la directiva no le temblaba el pulso para enmendar lo que hiciera falta enmendar.
En conocimiento del antecedente, la docente del área específica advirtió al personal encargado de pasar la nota de la planilla a la libreta en términos muy claros: "No me vayan a cambiar la nota porque lo voy a denunciar, yo puse un 9".
La maestra siguió las instrucciones, pero la directora dio la contraorden, mandó a enmendar la libreta de su nieta y encima del auténtico 9, hizo colocar el falso 10.
"Yo tengo 25 años en la docencia y nunca vi algo así", se asombra, todavía, la profesora de Educación Física y sostiene que no es el único caso; se comprobaron más.
Ella misma pidió ver la libreta pero no hubo caso: no se la querían mostrar. Fue entonces que realizó la exposición ante la supervisora de su área. Frente a la autoridad, la directora no tuvo opción, se confeccionó un acta y se confirmó: la nieta de la directora tenía un 10 que la docente no había puesto ahí.
La directora, aseguran fuentes de la escuela, también había intervenido para desfavorecer a otra alumna con mayores posibilidades de acceder a portar la bandera. La excusa era que no tenía trayectoria en la escuela o un comportamiento adecuado.
"El hecho es que adulteraron un documento y borraron nota de una libreta. Esa nota, lo más grave, es que era de la nieta de la directora", explica la docente.Entre Ríos ahora