martes, 18 de abril de 2017

Uribarri presentó su biografía a través de las redes sociales

El ex Gobernador entrerriano por dos gestiones consecutivas Sergio Uribarri, publicó este domingo de pascuas en su cuenta de Facebook el adelanto de su biografía, con el prólogo de Pacho O Donnell.


Sergio Uribarri cuenta en su haber con cuatro causas en la justicia de la provincia, a saber:
1-Enriquecimiento ilícito
2-Dádivas por el auto de alta gama que recibiera del dueño de canal 9 Litoral
3-Negociaciones incompatibles con la función
4-Contrataciones directas durante la Cumbre Mercosur
Pero aquello no ha sido impedimento para escribir su autobiografía; según algunos medios provinciales es en clara contra respuesta al libro “El Clan”, del periodista paranaense Daniel Enz.
A través de su cuenta de Facebook lanzó de primera mano, el prólogo escrito por el escritor porteño Pacho O Donnel y prometió el resto en los próximos días. A continuación lo publicado.

ANTICIPO DE MI LIBRO “EL PUEBLO MANDA”
Hola compañeros, amigos de la provincia y de todo el país, con enorme gusto les anuncio la próxima aparición de nuestro libro “EL PUEBLO MANDA, un relato de la voluntad que guió la transformación más grande la historia de Entre Ríos”, editado por editorial Fabro, con prólogo de un querido amigo, el historiador Pacho O´Donnell.
Ha sido un trabajo importante de recorrer mi vida y esa hermosa aventura colectiva y pluralista que fueron las dos gestiones al frente de la provincia.
En unos días más podremos anunciar la salida al público del libro, cuya presentación en cada ciudad de la provincia se constituirá en un motivo más para encontrarnos nuevamente en el camino de la militancia.
Ahora les anticipamos la tapa y el prólogo de Pacho. Próximamente conocerán además otros capítulos y otros contenidos del libro.

PRÓLOGO
por Pacho O´Donnell
Lo de Sergio Urribarri no puede catalogarse como autobiografía sino que es una descarnada reflexión sobre la política y lo político en Argentina, contada en primera persona. Se lee con interés, sobresaliendo algunos temas como la conmovida y conmovedora referencia a su infancia en el modesto pueblo entrerriano de Arroyo Barú. La familia como un manto protector y formativo. Es su padre quien le inyecta peronismo osmóticamente. “Había cierta solemnidad en su voz cuando hablaba de Perón, o de Evita, como si sus palabras se pausaran para alguna liturgia antigua… yo lo escuchaba con la inocencia del desconocimiento, pero con la certeza de que algo importante estaba diciendo”. Pero es luego el Pato, como lo llaman sus amigos, quien profundizará y asumirá con entusiasmo esa doctrina intrínsicamente ligada con los intereses del pueblo humilde.
Pero ¿qué es ser peronista? Es una de las cuestiones vertebrales de estas páginas. El autor contará que Leonor, la viuda de Julio Troxler, el comisario asesinado por la Triple A, le dijo una vez hablando de su marido que volvía siempre al basurero de José
León Suarez donde escapó milagrosamente a los fusilamientos de junio del 56 para preguntarse “¿qué es ser peronista?” “Y creo que Julio respondió esa pregunta el día que Taiana padre lo llamó para decirle que estaba en la lista negra de López Rega y que debía escapar; el decidió quedarse, tal vez era el destino del fusilamiento fallido, o su inmenso coraje frente a las balas que se lo llevaron en Barracas”.
Urribarri escribe “para compartir y dialogar sobre lo que vivimos y deseamos cuando hacemos política y soñamos una patria distinta”. Nos cuenta como irá llegando a la política a través de una senda natural, inevitable, lo entusiasma la posibilidad de serles útil a los entrerrianos de su condición.
Hay una figura señera en su vida y en estas páginas: José Gervasio Artigas, ese gran caudillo oriental de inmensa significación no solo en la historia uruguaya sino también en la nuestra y especialmente en la entrerriana. Es que la pasión federalista del autor, su prédica por la organización confederal de nuestra patria, no puede menos que enraizarse en quien en sus Instrucciones a la Asamblea del año XIII sentó las bases de un proyecto federal: que cada provincia litoral tuviera derecho a un puerto internacional, que las rentas de la aduana se repartieran equitativamente entre todas las provincias, que cada provincia tuviera derecho a designar sus propias autoridades y a tener sus propias milicias, que reinara la libertad cívica y la religiosa, también que la capital no estuviese en Buenos Aires. Urribarri no olvida tampoco la reforma agraria y el voto popular, dictados en el Congreso de los Pueblos Libres de Concepción del Uruguay, provincia de Entre Ríos, en 1815. Ya conocemos cuál fue el destino trágico del gran caudillo oriental. Fue necesario eliminarlo, también fusilar a Dorrego, exiliar a San Martín, derrotar a los caudillos federales no sólo en los desiguales combates sino también injuriarlos en nuestra historia, para que el puerto impusiera su organización unitaria, centralista, europeísta, ligada al poderoso de turno, agroexportadora, oligárquica, que aún perdura, causa de muchos de nuestros males.
“Nuestra historia esta signada por la entrega, la traición y la des-lealtad. El sueño de Artigas de una patria federal e igualitaria de un pueblo empoderado y soberano fue sistemáticamente rendido en función de los intereses del liberalismo pro imperial. Y cuando esas banderas fueron levantadas por Yrigoyen y Perón fueron derrocados. Es llamativo que el primer hecho después del derrocamiento de la revolución fusiladora en el 55, es ingresar a la Argentina en el Fondo Monetario Internacional.
El pueblo empezó una larga resistencia que terminó con el genocidio y la desaparición, tortura y muerte de más de treinta mil compañeros. El poder de los intereses históricos estaba siendo enfrentado nuevamente. Y la Argentina que había nacido después de Pavón en 1861 se resiste a devenir popular e igualitaria. A ese modelo y a esa Argentina enfrentábamos. Recuerdo que desde la indignación que vivíamos y desde la tremenda presión que recibíamos yo me levanté una mañana y el cuadro de Urquiza que presidía el salón de gobierno desde hacía más de cien años lo corrí al costado y puse uno de Artigas. Y pienso en la distancia que como la política son también los gestos, yo estaba en ese acto íntimo y desapercibido diciendo donde quería que mi provincia y sus dirigentes jugaran”.
Urribarri está satisfecho con su gestión como gobernador. Esa convicción es la que da título al libro. Da cifras convincentes y lo explica apelando a su pasión por gestionar a favor de la provincia de sus amores. Se complace por su decisión de limitar el período de gobernar a ocho años divididos en cuatro de elección y cuatro de reelección, a pesar de que tenía el legislativo a favor y no le hubiera resultado difícil aprobar la reelección indefinida. “La expansión económica general fue ocupando la escena, y la industria fue la estrella del tablado: en el lapso 2007-2013 el crecimiento industrial de Entre Ríos alcanzó un 63%, lo que supera en un 150% al promedio del país (valor agregado industrial a precios de 2004)
En ese marco, los entrerrianos de clase media, que eran el 38% de la población en 2007, en 2014 son el 66% de la población: una transformación social inédita en la provincia. No es casualidad que la mortalidad infantil haya caído un 22,7% entre 2007-2014. La educación ha acompañado el proceso de crecimiento. Ello se aprecia en los niveles más avanzados: en 2007 había 122.400 alumnos en el sistema secundario y superior no universitario, mientras que en 2014 cursaban 145.500 estudiantes en esos tramos educativos. Solo en la UADER y la UNER cursan 33.242 estudiantes de grado y pregrado, un 27% más que en 2007. Entre Ríos ha impulsado además el desarrollo tecnológico. Se creó la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación, y se acompañó el desarrollo de proyectos de base tecnológica”.
Urribarri, a diferencia de otros, antaño fervorosos kirchneristas y luego desvergonzados saltimbanquis , no oculta su admiración y gratitud por Néstor y Cristina y se manifiesta orgulloso de haberles sido leal y de haber acompañado sus gobiernos. “Las condiciones en que asume Néstor en relación a los intereses en juego son exactamente las mismas a las que asume Perón en el 45. Y el enemigo es el mismo. Y entender desde la memoria es explicar la derrota del 2015 ante Cambiemos”.
Su opinión de Cristina es muy positiva. Lo ejemplifica la anécdota de una confidencia de Néstor: “Mirá Urri, yo voy y vengo, y vuelvo a muñequear. Aprieto, aflojo vuelvo a ir, vuelvo a venir. Pero te confieso algo -susurra en voz baja y haciendo señas con la cabeza-, Cristina va, siempre va y no vuelve nunca. No lo olvides… Y esa imagen la define como ninguna, y esa imagen la funda el hombre que compartió toda su vida con ella. Tuve la suerte de acompañarla mucho, en nuestro país y por el mundo. Y siempre recordé esa pintura que me hizo Néstor sobre ella. Pienso que sin esa tozudez no hubiera sido posible avanzar sobre intereses muy poderosos que se oponian al desarrollo de nuestra Nación”.
Y esa fortaleza de carácter la conoció en carne propia cuando el autor del libro se sintió llamado a competir por la Presidencia de la Nación, previa autorización de Cristina. Deja en un misterio cuáles fueron los rumores malintencionados que le quitaron respaldo y lo obligaron a renunciar a su propósito. Luego sería el momento en que Daniel Scioli, quien entonces disputaba la máxima candidatura del FPV con Florencio Randazzo le ofreció integrar la fórmula, pero cuando se lo propuso a la Presidenta esta ya había elegido a Carlos Zannini.
El conflicto de la 125 tuvo a Entre Ríos como escenario principal. “Entre Ríos era un caos por la desinformación que instalaban los medios corporativos y sobre todo por los agoreros. Las rutas cortadas, gente en las plazas, en las calles, un río desbocado que parecía se llevaba todo puesto. Y no es una metáfora, menos aún, no era la primera vez que pasaba. La historia de nuestro pueblo está atravesada fatalmente por la distribución de la renta agraria, eso también lo entendía, lo nuevo en todo caso, era que yo protagonizaba esa lucha, y la historia me buscaba por todos lados.
Y la domesticación mediática no es una entelequia; un amigo de mi padre siempre decía que si entrás a un restaurante de pescado y te comés una ensalada de zanahoria, igual, salís con olor a pescado.
Y la Argentina que estábamos construyendo era la Argentina que le estaba permitiendo a esos chacareros pagar sus deudas, volver a sembrar, tener esperanza. Lo que estábamos discutiendo era la distribución de la riqueza, y quebrando una línea histórica de sometimiento a los poderosos, y eso significaba no solo militar en los pueblos, sostener notas, dar discursos, significaba enfrentarlos a cualquier precio. El peronismo volvía “.
El ex gobernador dejada plasmada en estas páginas la decisión cultural e identitaria que favorecería el desarrollo de un federalismo real en un marco de integración de Argentina en la lógica latinoamericana. Debería seguir los siguientes patrones:
a – Plantear el río Paraná como eje de desarrollo del país. En esa cosmovisión, Paraná podría ser la sede gubernamental, también, Goya, u otra ciudad de la cuenca.
b – Re-federalización de la aduana: (El viejo proyecto de Artigas,-Reglamento provisional de puertos- que haya tantas aduanas, como puertos provinciales). Cambiar la capital, al eje interior del país, planteaba necesariamente una reformulación de la administración nacional, y por lo tanto, una federalización de la aduana.
c – Creación de una marina mercante federal.
d – Reforma de la tenencia de la tierra y redistribución de la misma. Si cambiábamos la capital, para cambiar el eje del comercio, y de la renta, también, debía cambiar la lógica de la acumulación.
e – Re-federalización territorial, retroversión de la soberanía cultural a las provincias y/o regiones federales. Eso significa, redistribuir los ejes poblacionales.
f – Re-federalización educativa y reforma curricular. El cambio de capital, se sustentaba en base a fortalecer el federalismo, como experiencia democrática genuina, y en esa línea, fortalecer las culturas e identidades locales en función de la matriz común, Argentina y Latinoamericana.
“Es necesario ir por nuestra memoria, por nuestros valores de patria; sin identidad, no vamos a poder enfrentar las tempestades que vienen”.
Urribarri propone una valiente reflexión sobre la derrota electoral “Pero ser oposición, -es decir haber perdido las elecciones- requiere en primer lugar pensar tripas adentro y con sinceridad, no las muchas cosas que hicimos, más bien las que no hicimos y sobre todo, las que hicimos mal. Y no hablo de autocrítica como quien se golpea el pecho. Hablo de implicarse y hacerse cargo de los errores. Errores que a mi entender fueron muchos, sobre todo porque fuimos perdiendo el dialogo entre compañeros y nos encerramos en un relato que por momentos se volvía falaz”.
Este texto de Sergio Urribarri está bien escrito y cargado de una emocionalidad subjetiva que lo aleja de los habitualmente engorrosos y pretenciosos escritos del mismo género. Mi amigo mejicano Carlos Monsivías decía “la verdadera patria es la autobiografía, donde uno cuenta a los demás que se ha sido alguien”.
Pacho O´Donnell


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