El fenómeno de El Niño 2015-2016, aún en proceso de maduración para llegar a ser de categoría “muy fuerte”, está dando muestras concretas de los impactos que suelen estar asociados en distintas regiones del planeta.
Así como en algunos lugares se producen abundantes precipitaciones –superiores a las normales- en otros, en cambio, las lluvias son escasas y se producen sequías severas y destructivas. En nuestro país el fenómeno está asociado a precipitaciones primavero-estivales superiores al promedio afectando especialmente el centro-este y noreste.
“Es frecuente que los excesos hídricos, en Entre Ríos y provincias vecinas, sean significativos durante los meses de diciembre, enero y febrero pero también octubre y noviembre suelen dar muestras del impacto como está ocurriendo este año’, indicó el meteorólogo Armando Brizuela Profesor de la Cátedra de Climatología Agrícola de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de nuestra Universidad e investigador del CONICET.
Brizuela agregó “se considera que alcanzará la categoría ‘muy fuerte’ y es comparable a los sucesos ‘Niño 82-83’ y ‘Niño 97-98’, los más fuertes en los últimos 50 años, por eso analizamos con Leandro Befart –becario del Consejo Interuniversitario Nacional- los datos históricos con énfasis en los meses de verano por el impacto que tiene la precipitación en los cultivos y en la población”.
El becario analizó los datos de lluvia mensual de más de 60 estaciones meteorológicas argentinas, proporcionados por el Servicio Meteorológico Nacional, durante el período 1959 a 2013 conjuntamente con los datos históricos del mismo período correspondientes al Índice Oceánico del Niño (ONI). Como los excesos hídricos en estos casos ocurren principalmente en diciembre, enero y febrero período en el que crecen y se desarrollan los cultivos de verano, consideraron importante estudiar el comportamiento de las lluvias ocurridas en situación de Niño, Niña y Neutro. Encontraron que cuando se presenta Niño, es frecuente que las precipitaciones sean superiores a los promedios prácticamente en todo el país pero al NE de Entre Ríos, Corrientes y Misiones son aún mayores.
En condiciones de la Niña, en cambio, en esta última región es más probable que las lluvias sean escasas, en el centro-norte argentino son cercanas a los promedios y en el oeste del país –sector precordillerano- es más probable que sean superiores.
Los investigadores compararon los datos del Niño 15-16 con el Niño 82-83 y el Niño 97-98, para determinar si tiene similitud con alguno de ellos. Con el mismo criterio se compararon y las precipitaciones acumuladas, de la región, durante el mes de octubre (2015, 1982 y 1997).
Encontraron que tanto en la evolución mensual del índice como en la distribución espacial de la lluvia, el Niño actual se asemeja mucho al que ocurrió en 1997-1998. Los mapas muestran la distribución de las lluvias durante octubre donde se observa gran analogía en los valores y en la ubicación geográfica.
Brizuela indicó que este Niño “se parece mucho al Niño 97-98, las lluvias de octubre son similares, hay que mantenerse en estado de alerta ya que durante los meses de verano podrían presentarse excesos de cierta envergadura”.
El impacto que produce este fenómeno meteorológico en los cultivos puede ser favorable, porque mejora la humedad de suelo, o perjudicial cuando los excesos inundan campos. Como se recordará la producción agrícola en las provincias del litoral durante el evento 97-98, según relevamientos realizados por INTA, las pérdidas superaron los 570 millones de dólares, de los cuales 28.5 millones corresponden a Entre Ríos con 17 millones en agricultura (girasol, soja, arroz) y 11 millones en ganadería.
El efecto que produce en poblaciones vulnerables por inundaciones, crecidas y escurrimientos lentos, suele ser uno de los problemas más importantes que afrontan los organismos de municipios y gobiernos provinciales o nacionales.
Para tener en cuenta
No es posible tener una previsión certera para los meses siguientes pero es conveniente contar con la información de lo que sucedió en una situación similar como la de 97-98. En esa oportunidad durante diciembre ‘97, enero y febrero ‘98 (DEF) las lluvias fueron abundantes –superiores a los valores normales- prácticamente en todo el país. Los valores más altos se dieron al este y noreste (Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, Chaco, Formosa).
No es posible tener una previsión certera para los meses siguientes pero es conveniente contar con la información de lo que sucedió en una situación similar como la de 97-98. En esa oportunidad durante diciembre ‘97, enero y febrero ‘98 (DEF) las lluvias fueron abundantes –superiores a los valores normales- prácticamente en todo el país. Los valores más altos se dieron al este y noreste (Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, Chaco, Formosa).
Como ya se mencionó, las lluvias de octubre de este año fueron similares a las de 1997 en casi todo el país. En Entre Ríos, los departamentos de la costa del río Uruguay –según datos de la Dirección de Hidráulica y de la Bolsa de Cereales- registraron valores superiores a los restantes del centro entrerriano y de la costa del río Paraná como se indica en la tabla.
El Niño actual se podrían extender hasta marzo de 2016 y aún más por lo que parece pertinente estar alerta y preparados si, como se supone, durante el trimestre diciembre-enero-febrero- ocurren excesos hídricos importantes en la región asociados al fenómeno meteorológico.
Fuente UNER
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