El vecino de Concordia, Oscar (Cacho) Sorokin, envio una nota a DIARIOJUNIO en la que relata un triste y criticable episodio en el que aparece involucrado el servicio de salud mental y en especial los responsables del Hospital Roballos de Paraná. En la carta que publicamos aquí, Sorokin pone de manifiesto una clara situación de maltrato sufrida por su hijo Nicolás.
Carta de lectores
Denuncia el maltrato contra su hijo Nicolás
Al Personal Directivo y Profesionales del Servicio de Salud Mental del Hospital Felipe Heras de Concordia (Entre Ríos)
Presente
Yo, Oscar Abraham Sorokin DNI 5.829.890, padre de Nicolás Sorokin paciente de este nosocomio vengo a manifestar mi asombro y estupor ante lo sucedido en el día de ayer cuando se envió, trasladado al Hospital Roballos de Paraná, a mi hijo a los fines de mejorar la atención terapéutica del mismo y por decisión del área competente de la Justicia local.
En efecto: trasladado el paciente a Paraná en ambulancia oficial acompañado por un funcionario de este servicio de salud, y luego de una entrevista rápida, que a todas luces no revestía el carácter de evaluación alguna, se negaron a recibir al paciente por lo que emprendieron el regreso a Concordia. A este hecho se agrega la falta de sensibilidad humana ante las tres personas que viajaron al no ofrecerles ningún tipo de atención (alimentos, por ejemplo) y en particular con el paciente, lo que me hace presumir que pudiera caber la figura de "abandono de persona".
Considero que hubo, por parte del personal del Hospital Roballos una actitud vejatoria y mortificante no sólo del paciente sino abarcativa a los dos funcionarios (chofer y enfermero) y a las entidades que representaban.
Por último señalo que me hice presente en el Hospital Felipe Heras a las 23 horas aproximadamente ya que se me avisó de la llegada de retorno a esa hora. Mi estupor fue mayúsculo cuando veo bajar de la ambulancia a las tres personas con evidentes signos de agotamiento. Además, siendo el día más frío del año (hasta la fecha) el vehículo no contaba con calefacción y no habían "probado bocado" en todo el día.
En resúmen, puedo decir, sin temor a equivocarme, que la Ley Nacional de Salud Mental 26.657 ha sufrido un gran agravio y hay responsables que tendrán que dar explicaciones.
Saludo a Uds. atentamente
Oscar A. Sorokin
Fuente Diario Junio
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