La crisis CABB es una usina generadora de constantes rumores, algunos disparatados y otros que pueden tener asidero. Uno de los tantos murmullos deja entrever que el sillón presidencial de la Confederación podría ser ocupado por un ex jugador de Echagüe, Federico “Chubi” Susbielles. El bahiense está muy bien visto por el Gobierno y la Asociación Argentina de Jugadores como miembros de la GD no opondrían rechazo.
El bahiense se ha venido desempeñando como gerente de Coordinación UGLs de PAMI, y forma parte del Directorio Ejecutivo del ENARD.
Del “Chubi” qué podemos decir… Arrancó su vida basquetbolística a los 5 años en El Nacional de Bahía Blanca y luego fue siguiendo los pasos acorde con su edad: Premini, Mini, Cadetes y Juveniles.
A los 14 años de edad, debutó en Primera frente a Pacífico y en cancha de los “Verdes”. Vaya paradoja, ya que desde siempre es el club de sus amores.
A los 15, hizo su primera experiencia en la Liga “B”, frente a Sporting, en Punta Alta.
Guillermo Vecchio en 1986 lo convocó para alistarse en la selección argentina de Cadetes que compartió con Gabriel Cocha, Marcelo Nicola, Claudio Farabello y Ernesto Michel, consagrándose campeón en Cúcuta, Colombia, derrotando en la final a Brasil.
Dos años después se lo reclutó para el equipo nacional de Juveniles que tenía a Alberto Finger como entrenador, jugando el Sudamericano junto a “Palo” Cerutti, Diego Ossela, Leonardo Diebold y Jorge Racca, siendo nuevamente verdugos de Brasil.
Corría el año 1986 y el 25 de marzo, cuando tenía 17 años debutó -ya jugando en Pacífico- en Liga Nacional contra River, en Neuquén, junto a Marcelo Richotti, Carlos De Battista, Ariel Rodríguez, Jorge Ferrini, y Manuel Forrest”, llegando a semifinales con Atenas de Córdoba, en Tres Arroyos.
Tras el retiro de Pacífico de la competición liguera, Susbielles pasó al Peñarol MdP que orientaba Heriberto Schonwies en la Liga corta de 1990. Inicialmente le fue muy bien, pero sufrió una lesión que lo obligó a terminar la temporada en recuperación.
Las temporadas 1991-92 y 1992-93, las hizo en Ferro, reclutado por Antonio “Chiche” Gornatti y donde conoció a Héctor Kriscautzki, un dirigente que lo impresionó vívamente.
Junto a Teddy Colter, Jorge Martín, Randy Owens y Robert Henderson, zafó milagrosamente del descenso ante Echagüe de Paraná con polémica incluida.
En 1995 jugó en su casa, para Estudiantes, bajo dirección de “Paquito” Alvarez y contaba con Del Sol, Gil, Ferrari, Pettoroso, Iglesias y los estadunidenses Mike Higgins y Ken Leeks.
Al año siguiente fue a Gimnasia de Comodoro pero después de una gran temporada volvieron a molestarlo las lesiones. Dos veces el tendón de Aquiles y otra de menisco.
Su trayectoria como profesional la terminó con seis años en el TNA.
Luz y Fuerza de Posadas donde conoció a su esposa Daniela. Después anduvo por Racing de Avellaneda, Central Entrerriano de Gualeguaychú, Echagüe de Paraná y Lanús.
Su retiro se produjo cuando cumplió 30 años volviendo a Bahía.
En el 2001 inauguró un restaurante (Leyendas) y entrenó inferiores en El Nacional. Posteriormente, ya en Pacífico, produjo un hecho largamente comentado. Al cabo de tres años y medio sin jugar, volvió a vestir su querida casaca “Verde”, y hasta se animó a la presidencia de la entidad.
¿Qué recordamos del “Chubi” en su paso por Paraná?
Con 1m91 de talla, “Chubi” era un escolta raro. Subía la pelota y la pasaba como un “2″, pero como no tenía tiro exterior confiable, definía como un “3″ o “4″. Y, por cierto, su casillero de anotaciones siempre fue importante.
Sus especialidades ofensivas pasaban por sus cortes a la zona del trapecio y, también, prenderse en los rebotes ofensivos, de los que siempre sacaba buen provecho.
Fue, esencialmente, un jugador de equipo, muy inteligente para leer el juego y entregar a sus compañeros la cuota que necesitaban sea cual fuere el rubro. Por ejemplo, era un soberbio defensor.
En Echagüe exhibió otra de sus dotes: una ejemplar conducta, fuerte físicamente y duro de cabeza, acaso su mayor atributo haya sido su entrega sin reservas. Fue un luchador sin concesiones y, por lo tanto, un jugador valiosísimo en los pasajes en los que un pleito se define.
De la actual política “K”, desde el 2004 Federico Susbielles es uno de los funcionarios más creíbles, serios y responsables que acompañan a la presidenta.
Sus gestiones en el ENARD y PAMI, como la militancia leal, transparente, de puro sentimiento y convicción, hacen que uno se ilusione en cuanto al murmullo circulante.
Sin hesitar que vendría bárbaro un “Chubi” Susbielles en la CABB.
El bahiense se ha venido desempeñando como gerente de Coordinación UGLs de PAMI, y forma parte del Directorio Ejecutivo del ENARD.
Del “Chubi” qué podemos decir… Arrancó su vida basquetbolística a los 5 años en El Nacional de Bahía Blanca y luego fue siguiendo los pasos acorde con su edad: Premini, Mini, Cadetes y Juveniles.
A los 14 años de edad, debutó en Primera frente a Pacífico y en cancha de los “Verdes”. Vaya paradoja, ya que desde siempre es el club de sus amores.
A los 15, hizo su primera experiencia en la Liga “B”, frente a Sporting, en Punta Alta.
Guillermo Vecchio en 1986 lo convocó para alistarse en la selección argentina de Cadetes que compartió con Gabriel Cocha, Marcelo Nicola, Claudio Farabello y Ernesto Michel, consagrándose campeón en Cúcuta, Colombia, derrotando en la final a Brasil.
Dos años después se lo reclutó para el equipo nacional de Juveniles que tenía a Alberto Finger como entrenador, jugando el Sudamericano junto a “Palo” Cerutti, Diego Ossela, Leonardo Diebold y Jorge Racca, siendo nuevamente verdugos de Brasil.
Corría el año 1986 y el 25 de marzo, cuando tenía 17 años debutó -ya jugando en Pacífico- en Liga Nacional contra River, en Neuquén, junto a Marcelo Richotti, Carlos De Battista, Ariel Rodríguez, Jorge Ferrini, y Manuel Forrest”, llegando a semifinales con Atenas de Córdoba, en Tres Arroyos.
Tras el retiro de Pacífico de la competición liguera, Susbielles pasó al Peñarol MdP que orientaba Heriberto Schonwies en la Liga corta de 1990. Inicialmente le fue muy bien, pero sufrió una lesión que lo obligó a terminar la temporada en recuperación.
Las temporadas 1991-92 y 1992-93, las hizo en Ferro, reclutado por Antonio “Chiche” Gornatti y donde conoció a Héctor Kriscautzki, un dirigente que lo impresionó vívamente.
Junto a Teddy Colter, Jorge Martín, Randy Owens y Robert Henderson, zafó milagrosamente del descenso ante Echagüe de Paraná con polémica incluida.
En 1995 jugó en su casa, para Estudiantes, bajo dirección de “Paquito” Alvarez y contaba con Del Sol, Gil, Ferrari, Pettoroso, Iglesias y los estadunidenses Mike Higgins y Ken Leeks.
Al año siguiente fue a Gimnasia de Comodoro pero después de una gran temporada volvieron a molestarlo las lesiones. Dos veces el tendón de Aquiles y otra de menisco.
Su trayectoria como profesional la terminó con seis años en el TNA.
Luz y Fuerza de Posadas donde conoció a su esposa Daniela. Después anduvo por Racing de Avellaneda, Central Entrerriano de Gualeguaychú, Echagüe de Paraná y Lanús.
Su retiro se produjo cuando cumplió 30 años volviendo a Bahía.
En el 2001 inauguró un restaurante (Leyendas) y entrenó inferiores en El Nacional. Posteriormente, ya en Pacífico, produjo un hecho largamente comentado. Al cabo de tres años y medio sin jugar, volvió a vestir su querida casaca “Verde”, y hasta se animó a la presidencia de la entidad.
¿Qué recordamos del “Chubi” en su paso por Paraná?
Con 1m91 de talla, “Chubi” era un escolta raro. Subía la pelota y la pasaba como un “2″, pero como no tenía tiro exterior confiable, definía como un “3″ o “4″. Y, por cierto, su casillero de anotaciones siempre fue importante.
Sus especialidades ofensivas pasaban por sus cortes a la zona del trapecio y, también, prenderse en los rebotes ofensivos, de los que siempre sacaba buen provecho.
Fue, esencialmente, un jugador de equipo, muy inteligente para leer el juego y entregar a sus compañeros la cuota que necesitaban sea cual fuere el rubro. Por ejemplo, era un soberbio defensor.
En Echagüe exhibió otra de sus dotes: una ejemplar conducta, fuerte físicamente y duro de cabeza, acaso su mayor atributo haya sido su entrega sin reservas. Fue un luchador sin concesiones y, por lo tanto, un jugador valiosísimo en los pasajes en los que un pleito se define.
De la actual política “K”, desde el 2004 Federico Susbielles es uno de los funcionarios más creíbles, serios y responsables que acompañan a la presidenta.
Sus gestiones en el ENARD y PAMI, como la militancia leal, transparente, de puro sentimiento y convicción, hacen que uno se ilusione en cuanto al murmullo circulante.
Sin hesitar que vendría bárbaro un “Chubi” Susbielles en la CABB.
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