Desde la semana pasada el personal de la División Sustracción Automotores de la Dirección Investigaciones de la Policía de Entre Ríos tomó la iniciativa de salir a controlar los puntos de venta informal de vehículos.
Un nicho comercial que proliferó en los últimos años fue la venta de autos usados, de manera informal. Personas que comenzaron con uno o dos vehículos y ahora tienen varios estacionados en la vereda de su casa con una botella en el techo. Se sumaron de este modo a la tradición a las familias gitanas que históricamente se dedicaron a este rubro.
Pero como en este circuito, a la hora de una compraventa muchas veces se saltea la verificación registral, esto fue aprovechado por quienes pretenden ingresar en el mercado aquellos autos con la numeración adulterada, ya sea porque son provenientes de un robo o por otra situación ilícita.
Desde la semana pasada, el personal de la División Sustracción Automotores de la Dirección Investigaciones de la Policía tomó la iniciativa de salir a controlar los puntos de venta informal de vehículos. Así se han encontrado con varias situaciones irregulares.
Por ejemplo, en una vivienda de calles Granadero Baigorria y Barilari había un Peugeot 206 en pleno proceso de desarme, cuya estructura principal estaba sobre unas sillas y varias partes en el suelo. Al verificar la documentación, los policías detectaron que la numeración del chasis había sido adulterado. Esto, aseguran desde la fuerza, tiene como objetivo la adulteración para luego rearmar el vehículo y venderlo.
El auto fue secuestrado y se inició una causa en la Fiscalía, que debe investigar el origen del mismo.
El jefe de la División, Donato Martínez, informó a UNO que los procedimientos de verificación se realizan “en aquellos lugares donde hay autos para la venta pero sin ninguna identificación comercial”.
Si cada vendedor tiene todo en regla no habrá ningún problema, pero consideran que esto ayudará a prevenir estafas a compradores de buena fe pero a su vez imprudentes que no realizan la verificación correspondiente a la hora de adquirir un vehículo.
En este sentido se aclaró que las concesionarias grandes reciben y comercializan autos que ya han pasado previamente por la Planta Verificadora.
El origen de los autos con su identidad modificada es, en su mayoría, el robo, porque no se explicaría de otra manera la intención de cambiar la numeración del chasis o el motor.
En Entre Ríos no se registra una gran cantidad de autos robados, ya que no existe un mercado ilícito de magnitud que lo reditúe, como sí sucede con las motos. Por eso, la mayoría de los autos robados que se secuestran tienen pedidos de secuestro por robos en otras provincias, tal como sucedió hace un par de días con un VW Bora estacionado en calle Catamarca, que había sido sustraído en la ciudad de La Plata.
Pero éstos son los que se ofrecen a la venta como si estuvieran en regla por parte de vendedores inescrupulosos, quienes trabajan con un mecanismo de gestores o escribanos que ayudan a blanquear las irregularidades.
La Planta Verificadora está desbordada
En la Planta Verificadora de Automotores de Paraná, ubicada en avenida Zanni y Crisólogo Larralde, secuestraron 17 autos con adulteraciones en lo que va de 2015.
El año pasado fueron 49 y el 2013 se detectaron 65 vehículos con modificaciones en la numeración de chasis o motor, o por tener un embargo judicial o una prenda.
Este espacio fue creado en 2006, y desde entonces fueron acumulando vehículos adulterados, muchos de los cuales nunca se supo su procedencia.
Hoy hay más de 300 autos acumulados, por lo que debieron ir trasladando al predio que tiene la Policía en La Picada. Cuando un auto es secuestrado, se informa a la Justicia, que debe averiguar su procedencia y legítimo dueño.
Se pide a la Dirección Criminalística que se practique el revenido químico para determinar el número original del chasis o motor, o el grabado de serie en los cristales, pero no siempre esto da resultado positivo. (APFDigital)
Un nicho comercial que proliferó en los últimos años fue la venta de autos usados, de manera informal. Personas que comenzaron con uno o dos vehículos y ahora tienen varios estacionados en la vereda de su casa con una botella en el techo. Se sumaron de este modo a la tradición a las familias gitanas que históricamente se dedicaron a este rubro.
Pero como en este circuito, a la hora de una compraventa muchas veces se saltea la verificación registral, esto fue aprovechado por quienes pretenden ingresar en el mercado aquellos autos con la numeración adulterada, ya sea porque son provenientes de un robo o por otra situación ilícita.
Desde la semana pasada, el personal de la División Sustracción Automotores de la Dirección Investigaciones de la Policía tomó la iniciativa de salir a controlar los puntos de venta informal de vehículos. Así se han encontrado con varias situaciones irregulares.
Por ejemplo, en una vivienda de calles Granadero Baigorria y Barilari había un Peugeot 206 en pleno proceso de desarme, cuya estructura principal estaba sobre unas sillas y varias partes en el suelo. Al verificar la documentación, los policías detectaron que la numeración del chasis había sido adulterado. Esto, aseguran desde la fuerza, tiene como objetivo la adulteración para luego rearmar el vehículo y venderlo.
El auto fue secuestrado y se inició una causa en la Fiscalía, que debe investigar el origen del mismo.
El jefe de la División, Donato Martínez, informó a UNO que los procedimientos de verificación se realizan “en aquellos lugares donde hay autos para la venta pero sin ninguna identificación comercial”.
Si cada vendedor tiene todo en regla no habrá ningún problema, pero consideran que esto ayudará a prevenir estafas a compradores de buena fe pero a su vez imprudentes que no realizan la verificación correspondiente a la hora de adquirir un vehículo.
En este sentido se aclaró que las concesionarias grandes reciben y comercializan autos que ya han pasado previamente por la Planta Verificadora.
El origen de los autos con su identidad modificada es, en su mayoría, el robo, porque no se explicaría de otra manera la intención de cambiar la numeración del chasis o el motor.
En Entre Ríos no se registra una gran cantidad de autos robados, ya que no existe un mercado ilícito de magnitud que lo reditúe, como sí sucede con las motos. Por eso, la mayoría de los autos robados que se secuestran tienen pedidos de secuestro por robos en otras provincias, tal como sucedió hace un par de días con un VW Bora estacionado en calle Catamarca, que había sido sustraído en la ciudad de La Plata.
Pero éstos son los que se ofrecen a la venta como si estuvieran en regla por parte de vendedores inescrupulosos, quienes trabajan con un mecanismo de gestores o escribanos que ayudan a blanquear las irregularidades.
La Planta Verificadora está desbordada
En la Planta Verificadora de Automotores de Paraná, ubicada en avenida Zanni y Crisólogo Larralde, secuestraron 17 autos con adulteraciones en lo que va de 2015.
El año pasado fueron 49 y el 2013 se detectaron 65 vehículos con modificaciones en la numeración de chasis o motor, o por tener un embargo judicial o una prenda.
Este espacio fue creado en 2006, y desde entonces fueron acumulando vehículos adulterados, muchos de los cuales nunca se supo su procedencia.
Hoy hay más de 300 autos acumulados, por lo que debieron ir trasladando al predio que tiene la Policía en La Picada. Cuando un auto es secuestrado, se informa a la Justicia, que debe averiguar su procedencia y legítimo dueño.
Se pide a la Dirección Criminalística que se practique el revenido químico para determinar el número original del chasis o motor, o el grabado de serie en los cristales, pero no siempre esto da resultado positivo. (APFDigital)
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