La banda era encabezada por el hijo de un suboficial principal retirado de la Policía provincial e integrada por el director de la cárcel de mujeres de Paraná que llevaba más de un año en el cargo, su hermano, su cuñada y dos policías.
El del último viernes fue uno de los golpes más importantes contra el narcotráfico en la provincia, no tanto por la cantidad de droga secuestrada (2 kilogramos de cocaína), sino por el compromiso de varios agentes de las fuerzas de seguridad con el tráfico de estupefacientes y por el nivel de sofisticación que tenía la estructura que encabezaba Nicolás Castrogiovanni y que operaba en el barrio Paraná XVI.
Trece personas fueron detenidas, entre ellas el líder de la organización, Nicolás Gordo Castrogiovanni; el director de la cárcel de mujeres, Victorio Bernardo Aguirre; su hermano, Guillermo Pedro Aguirre; la pareja de éste, Evangelina Priscila Álvarez, también agente penitenciaria; un policía provincial en actividad, el sargento Rodrigo Medina; su padre, el ex policía Hugo Héctor Medina; y otras siete personas que tenían distintos roles dentro de la banda. Los detenidos estuvieron ayer ante el juez federal Leandro Ríos y fueron imputados como integrantes de una organización dedicada a la venta de drogas en la zona oeste de Paraná. La mayoría se negó a declarar.
El magistrado, en tanto, ratificó el secreto de sumario. Sin embargo, se supo que la investigación se realizó durante casi un año e incluyó tareas de seguimiento, filmaciones, escuchas telefónicas y se recabaron datos de distintos informantes. Esa información permitió reconstruir la estructura de la organización, determinar los roles de cada uno de los integrantes y establecer que se trataba de una banda de gran poder económico, con cierta permanencia en el tiempo, alto nivel de sofisticación y estructura y que extendía sus redes hasta Santa Fe y Rosario, según indicaron fuentes de la investigación consultadas por El Diario.
La banda de Nico
Del megaoperativo realizado durante la jornada del viernes participaron alrededor de 200 efectivos de la Policía Federal. Ingresaron a las 6.30 al barrio Paraná XVI y cercaron la zona entre las calles Clark y Ñanbubay. Los policías allanaron la vivienda de Nicolás Castrogiovanni, sindicado como líder de la organización, a la de su hermano Iván y a la despensa familiar, en el mismo barrio.
Desde la Policía Federal Argentina señalaron que “familias completas fueron trasladadas a dependencias policiales para su correcta identificación, entre éstos, el hijo de un policía retirado”. Se trataría de Castrogiovanni, quien hace unos años protagonizó un tiroteo con el jefe de la Comisaría 16ª y en el intercambio de disparos habría utilizado el arma reglamentaria de su padre.
Vínculos internacionales
El Gordo Castrogiovanni, como le dicen, tiene 32 años, es hijo de un suboficial principal retirado de la Policía provincial en febrero de 2012; está sindicado como uno de los jefes emergentes en el negocio del narcotráfico en Paraná y exhibe un notable crecimiento patrimonial. El periodista Daniel Enz reveló en su libro Los Hijos del Narco que “se mueve con sicarios, numerosos soldaditos y dispone de una utilidad semanal de 250 mil pesos en la venta de cocaína que le traen directamente de Bolivia”.
En el barrio también fueron detenidos David Víctor Villaverde, Germán Andrés Gómez, Fernando Manuel Gómez estos dos últimos, empleados de la Municipalidad de Paraná, Liliana Ruiz, Edith Torres y Lorena Bianchi. Al parecer, serían integrantes de la banda que lideraba Castrogiovanni.
Conexión policial
Simultáneamente, allanaron una vivienda en el barrio Jauretche, donde vivían el policía Medina, que prestaba servicios en el barrio Mosconi, y su padre. Allí encontraron 2 kilos de cocaína de máxima pureza que estaba acondicionada y lista para la comercialización. Hugo Medina, el padre, es un agente de la Policía provincial retirado en forma obligatoria a partir del 6 de agosto de 1998, después de ser declarado “inepto total y permanente” para el servicio policial.
La vinculación de los policías con la banda fue una sorpresa. Pero la detención del director de la cárcel de mujeres de Paraná generó un cimbronazo en el Gobierno provincial. Victorio Bernardo Aguirre llevaba 1 año y dos meses en el cargo y tenía un legajo impecable. Ayer mismo, apenas conocido su arresto, fue relevado del cargo, pasado a disponibilidad y se le inició un sumario administrativo.
Penitenciarios con delitos
En otro de los allanamientos, los policías federales llegaron hasta un complejo del Instituto Autárquico de Planeamiento y Vivienda (IAPV), en calle Carlos Gardel, en Colonia Avellaneda. La casa es propiedad de Pedro Guillermo Aguirre y su pareja, Evangelina Priscila Álvarez, agente penitenciaria desde el año 2010.
Aguirre, hermano del director de la cárcel de mujeres de Paraná, había cumplido funciones en el Servicio Penitenciario. En 2005, siendo suboficial mayor, pidió el retiro voluntario y pasó a desempeñarse como chofer en un área dependiente del Poder Ejecutivo. Luego se reincorporó al Servicio Penitenciario y cumplió funciones hasta que presentó su renuncia el 10 de marzo de 2011. Para entonces ostentaba el rango de cabo primero y, según consta en su legajo, no se encontraba procesado, sumariado ni cumpliendo sanciones disciplinarias, a pesar de que había estado involucrado en un caso de robo de motos y el uso indebido de un vehiculo oficial. La dimisión fue aceptada a partir del 2 de abril de 2011.
En los procedimientos del viernes se movilizaron agentes de Santa Fe, Rosario y otras delegaciones, además de personal del Grupo de Operaciones Federales, que actuaron bajo las órdenes del juez federal en Paraná, Leandro Ríos.Fuente El Once
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