En la pampa húmeda, donde se realiza la mayor parte de la cosecha, el que más requiere lluvias con premura es el maíz sembrado en septiembre y octubre, debido a que atraviesa una etapa crítica de definición de rendimiento. La soja puede soportar por el momento esta situación, porque su período crítico es más adelante, pero hay lotes que ya muestran estrés.
Según se desprende del mapa de balance hídrico del Servicio Meteorológico Nacional, donde se puede ver la condición de humedad de los suelos, zonas del oeste bonaerense, La Pampa y el extremo sur de Córdoba atraviesan escenarios de comienzo de sequía o directamente ya están con sequía. Un panorama similar se observa en el centro norte cordobés y el norte del país.
Para esta noche se prevén algunas lluvias, pero según los especialistas en agroclimatología serán modestas. Habrá que esperar hasta la próxima semana para que las precipitaciones que vengan sean significativas.
"Hasta la semana pasada, los cultivos estaban en muy buenas condiciones, sobre todo el maíz, que empezó su etapa crítica, pero esta ola de calor y que se haya cortado el flujo de humedad genera preocupación", expresó Cristian Russo, analista de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Russo aportó un dato que refleja el escenario de dificultades. En los próximos quince días, en la región agrícola núcleo, que comprende el sur de Santa Fe, el norte bonaerense y el sudeste cordobés, deberían registrarse entre 40 y 100 milímetros para que el cultivo cubra sus necesidades hídricas.
El flujo de lluvias que hubo en noviembre se cortó el 9 del actual, y lo que en esa región tendría que dar un promedio de 120 milímetros caídos en diciembre en realidad promedia 40 milímetros.
"Veníamos bárbaro, pero desde que se cortó el agua y con las muy altas temperaturas se complicó. El principal problema son las temperaturas altas. Hacía mucho que no teníamos un registro tan alto de temperaturas mínimas", dijo Juan Pablo Ioele, técnico del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Corral de Bustos, en el sudeste cordobés.
Ioele precisó que en los ambientes de producción con menos capacidad para almacenar agua fue donde primero se sintieron el estrés hídrico y las altas temperaturas.
"A las sojas les falta mucho para determinar su rendimiento, pero si esto sigue así a muchos lotes les va a costar cerrar el surco [de siembra]", añadió el técnico del INTA.
Puntualmente para esta oleaginosa, Rodolfo Rossi, especialista de Nidera Semillas, sostuvo que "en general está normal. A diferencia de otros años, se pudo sembrar casi todo y en general está normal", afirmó, según publica La Nación.
Según Rossi, la soja está "en una etapa muy temprana y, en general, la humedad del suelo está bien". No obstante, señaló que por las altas temperaturas algunos lotes están sufriendo. En el NOA, en tanto, la siembra se atrasó unos 15 días por las demoras en las precipitaciones.
Para Eduardo Sierra, especialista en agroclimatología, el alivio para el campo recién llegará en los primeros días de 2014.
"La humedad está al límite. Tenemos todavía unos días más de sufrimiento. Mañana a la noche [por hoy] puede llover, pero será con precipitaciones modestas. Las lluvias interesantes se darían en los últimos días de este año y primeros del próximo", explicó.
El escenario para enero no se ve a priori muy alentador. Según Sierra, "sería un mes como diciembre, con altas temperaturas y lluvias espaciadas". Frente a ese panorama, para el especialista "puede haber recortes en la producción". Vale recordar que el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) prevé una cosecha argentina de 26 millones de toneladas en maíz y 54,5 millones de toneladas en soja.
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