La obra“La Edad de la Ciruela” vuelve este Domingo 14 de Agosto al Teatro Monica Pesse de nuestra ciudad ,donde estará festejando su Décimo Octavo aniversario de vida y lo celebrara nada menos con esta obra teatral estrenada en Mayo de 2015.
“La Edad de la Ciruela”: la misma contaban las historias con sus dolores y alegrías, con sus esperanzas y frustraciones, nos cuenta de un tiempo que fue, de un tiempo muy parecido a otros tiempos que nos pertenecen y que están guardados en la memoria de todos nosotros.
El tiempo y la memoria, las imágenes difusas de un pasado que no se resigna a morir, un pasado que continuará vivo mientras tengamos memoria de él, un pasado que se conforma cada día con los girones de recuerdos que nos van quedando, de un tiempo con olor a vino de ciruela y ratas grises escondidas en los recovecos más ocultos de nuestra mente. Un árbol. Un ciruelo. Testigo del devenir de los afectos familiares,
Una casa, Albergue de mujeres que quieren abandonarla.Mujeres, hermanas, jugando el juego del recuerdo, el juego del reencuentro, el juego de vivir, de jugar para partir.
La búsqueda desesperada de la felicidad, más allá del tiempo, más allá de la muerte, mas allá de la familia.
Con la actuación;de grandes actrices talenses Liliana y Graciela, hermanas en la vida y en los recuerdos, hicieron que como fantasmas de un ayer, ellas mismas niñas y las otras dos mujeres Yolanda y Beatriz la mucama que habitaban esa vieja casona, vuelvan a asomarse a un presente constante e inmutable en donde el tiempo, al menos momentaneamente, ha sido derrotado.
“La Edad de la Ciruela”: la misma contaban las historias con sus dolores y alegrías, con sus esperanzas y frustraciones, nos cuenta de un tiempo que fue, de un tiempo muy parecido a otros tiempos que nos pertenecen y que están guardados en la memoria de todos nosotros.
El tiempo y la memoria, las imágenes difusas de un pasado que no se resigna a morir, un pasado que continuará vivo mientras tengamos memoria de él, un pasado que se conforma cada día con los girones de recuerdos que nos van quedando, de un tiempo con olor a vino de ciruela y ratas grises escondidas en los recovecos más ocultos de nuestra mente. Un árbol. Un ciruelo. Testigo del devenir de los afectos familiares,
Una casa, Albergue de mujeres que quieren abandonarla.Mujeres, hermanas, jugando el juego del recuerdo, el juego del reencuentro, el juego de vivir, de jugar para partir.
La búsqueda desesperada de la felicidad, más allá del tiempo, más allá de la muerte, mas allá de la familia.
Con la actuación;de grandes actrices talenses Liliana y Graciela, hermanas en la vida y en los recuerdos, hicieron que como fantasmas de un ayer, ellas mismas niñas y las otras dos mujeres Yolanda y Beatriz la mucama que habitaban esa vieja casona, vuelvan a asomarse a un presente constante e inmutable en donde el tiempo, al menos momentaneamente, ha sido derrotado.
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