La Comisión Directiva Central de AGMER repudia las declaraciones del presidente del CGE José Luis Panozzo en las que anuncia la implementación de un sistema de reconocimiento facial para controlar la asistencia de los docentes.
Desde AGMER creemos que existe sólo una lógica disciplinadora y persecutoria detrás de la pretendida instrumentación del nuevo sistema que se intenta disfrazar bajo dos falacias: por un lado que se resolverán mágicamente los problemas de liquidaciones, para los cuales han demostrado una clara incapacidad; y por el otro que evitará el ausentismo docente. El nuevo sistema es la antesala para instalar el presentismo, que es impulsado en todo el país por el Ministerio de Educación de la Nación.
Preocupa que el presidente del organismo en el que se produce la política educativa de la provincia de Entre Ríos realice un planteo tan reaccionario y reduccionista de problemáticas complejas que se deben abordar desde la mejora de las condiciones de trabajo y del cuidado de la salud laboral de los docentes.
Finalmente repudiamos la chicana -un práctica reiterada y lamentable del presidente del organismo- en las que hace referencia a las diferencias internas en el sindicato, a la que respondemos con nuestro ejemplo de voluntad permanente por la unidad; de la misma forma que pretender deslegitimar nuestro rechazo con el argumento de que en AGMER Central existe el mismo sistema, primero porque es falso (desde hace 8 años hay un sistema digital), pero además es inadmisible en tanto y en cuanto no es comparable cómo se organiza el trabajo en oficinas administrativas con el de las escuelas. El trabajo docente se mueve en otros tiempos y en otra dinámica institucional que son propias de cada institución. Panozzo vuelve a exponer aquí su concepción pequeña, regresiva y tecnócrata, en línea con las políticas educativas nacionales, que promueven el presentismo, al pensar el trabajo docente como una tarea administrativa que sólo funciona bien si se la vigila y castiga.
Desde AGMER creemos que existe sólo una lógica disciplinadora y persecutoria detrás de la pretendida instrumentación del nuevo sistema que se intenta disfrazar bajo dos falacias: por un lado que se resolverán mágicamente los problemas de liquidaciones, para los cuales han demostrado una clara incapacidad; y por el otro que evitará el ausentismo docente. El nuevo sistema es la antesala para instalar el presentismo, que es impulsado en todo el país por el Ministerio de Educación de la Nación.
Preocupa que el presidente del organismo en el que se produce la política educativa de la provincia de Entre Ríos realice un planteo tan reaccionario y reduccionista de problemáticas complejas que se deben abordar desde la mejora de las condiciones de trabajo y del cuidado de la salud laboral de los docentes.
Finalmente repudiamos la chicana -un práctica reiterada y lamentable del presidente del organismo- en las que hace referencia a las diferencias internas en el sindicato, a la que respondemos con nuestro ejemplo de voluntad permanente por la unidad; de la misma forma que pretender deslegitimar nuestro rechazo con el argumento de que en AGMER Central existe el mismo sistema, primero porque es falso (desde hace 8 años hay un sistema digital), pero además es inadmisible en tanto y en cuanto no es comparable cómo se organiza el trabajo en oficinas administrativas con el de las escuelas. El trabajo docente se mueve en otros tiempos y en otra dinámica institucional que son propias de cada institución. Panozzo vuelve a exponer aquí su concepción pequeña, regresiva y tecnócrata, en línea con las políticas educativas nacionales, que promueven el presentismo, al pensar el trabajo docente como una tarea administrativa que sólo funciona bien si se la vigila y castiga.
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