Anton Hernández vive en Niza y este jueves vivió de cerca el atentado terrorista que dejó decenas de muertos en la ciudad francesa. El joven de 25 años, oriundo de Paraná, estaba junto a su novia a casi un kilómetro de distancia donde el camión atropelló personas en medio de los festejos por el Día de la Toma de la Bastilla. “Yo sabía que era un atentado, porque las amenazas son constantes”, reconoció el muchacho en diálogo exclusivo con “9 Ahora”.
“Estaba en la Promenade des Anglais -Paseo de los Ingleses, una avenida que bordea la costa de la Bahía de los Ángeles-, donde estaban los fuegos artificiales, como a un kilómetro de donde sucedieron los hechos“, relató y continuó: “Una vez que finalizaron, nos fuimos por un lugar de casas viejas para ir a tomar el tranvía y cuando estábamos yendo, la gente comenzó a gritar y pensé que era una pelea, pero cuando escuche todo el problema agarré a mi novia y salimos corriendo. Era un caos, parecía el armagedon“.
Anton contó que su pareja estaba muy asustada y estresada, por lo que intentó estar calmado pero con el miedo de no saber “que puede pasar cada vez que cruzás la calle“, señaló. El muchacho intentó comunicarse con amigos para ver si lo podían alojar momentáneamente, pero ninguno de ellos estaba en sus casas. “Mientras hablaba con uno de ellos una mujer nos invitó a quedarnos en su casa, estuvimos unos minutos, le agradecí muchísimo y después nos buscó el padre de ella”. “Cuando llegamos a la casa, mi novia se abrazó con su madre y lloraban. Es horrible lo que pasa”.
“Una hermana de ella -su novia- estaba en un restaurante y quedó encerrada en el lugar porque les dijeron que no salga”, contó. El paranaense siempre sospechó de que se trataba de un atentado. “Yo sabía nos iba a pasar, por que siempre nos amenazaban los islamistas” y manifestó que una de las últimas fue para la final de la Eurocopa, donde afortunadamente no pasó nada.03442
“Estaba en la Promenade des Anglais -Paseo de los Ingleses, una avenida que bordea la costa de la Bahía de los Ángeles-, donde estaban los fuegos artificiales, como a un kilómetro de donde sucedieron los hechos“, relató y continuó: “Una vez que finalizaron, nos fuimos por un lugar de casas viejas para ir a tomar el tranvía y cuando estábamos yendo, la gente comenzó a gritar y pensé que era una pelea, pero cuando escuche todo el problema agarré a mi novia y salimos corriendo. Era un caos, parecía el armagedon“.
Anton contó que su pareja estaba muy asustada y estresada, por lo que intentó estar calmado pero con el miedo de no saber “que puede pasar cada vez que cruzás la calle“, señaló. El muchacho intentó comunicarse con amigos para ver si lo podían alojar momentáneamente, pero ninguno de ellos estaba en sus casas. “Mientras hablaba con uno de ellos una mujer nos invitó a quedarnos en su casa, estuvimos unos minutos, le agradecí muchísimo y después nos buscó el padre de ella”. “Cuando llegamos a la casa, mi novia se abrazó con su madre y lloraban. Es horrible lo que pasa”.
“Una hermana de ella -su novia- estaba en un restaurante y quedó encerrada en el lugar porque les dijeron que no salga”, contó. El paranaense siempre sospechó de que se trataba de un atentado. “Yo sabía nos iba a pasar, por que siempre nos amenazaban los islamistas” y manifestó que una de las últimas fue para la final de la Eurocopa, donde afortunadamente no pasó nada.03442
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