Culminó este jueves por la tarde, el juicio oral contra César Agustín Torres “alias Zenón”, a quien se le imputa por el brutal crimen de Victoriano Hernández de 75 años, perpetrado el 1° de marzo de 2014, en Gobernador Macia, del departamento Tala.
La fiscalía, a cargo de la doctora María Albertina Chichi, solicitó la prisión perpetua, en tanto que la defensora Oficial, doctora Romina Pino, pidió la absolución, alegando que no hay elementos que sindiquen a Torres como el homicida.
Difícil tarea tendrá a simpe vista el Tribunal integrado por los vocales, Mariano Martínez, Mariela Rojas de Di Pretoro y Alejandrina Herrero, para llegar a una sentencia en el caso que se ventiló a lo largo de cuatro jornadas en la Sala Penal de Concepción del Uruguay, que trajo a juicio a este sujeto, señalado como responsable de los brutales golpes con un palo en la cabeza del septuagenario.
Durante esta semana, fueron numerosos los testigos que pasaron por la Sala, en su mayoría presentados por la parte acusadora, que está plenamente convencida de la responsabilidad de Torres, lo que se contrapone notoriamente con lo que sostiene la Defensa, que deja la duda sobre quien pudo darle muerte al anciano.
Los alegatos de cierre
Tras los últimos testigos de la mañana, que fueron profesionales médicos que intervinieron el lugar del hecho, la autopsia y los estudios posteriores, se pasó a un cuarto intermedio y se retomó el debate a las 18 horas, con los alegatos.
Quien hizo uso de la palabra fue la doctora Chichi, que consideró se había probado la responsabilidad de Torres en el crimen de Hernández, basándose en testimonios de quienes había indicado que lo vieron al acusado en la zona donde mataron al anciano, destacando que estaba alcoholizado y muy agresivo, habiendo mantenido peleas durante toda la trágica jornada.
También señaló que Torres presentaba una herida en una de sus manos, producto de haber roto el vidrio de la puerta donde dormía la víctima, agregando que tras matarlo a golpes (cuatro señalaron), habría acomodado en cuerpo, lo que provocó que se pudiera haber manchado la mano con sangre del anciano y que luego tocara un cuchillo que este tenía en su cintura, donde se halló (no a simple vista) con diferentes pruebas de los peritos, que había sangre humada perteneciente a Hernández.
La fiscal es convencida de que los horarios de la muerte y de los que dicen los testigos haber visto a Torres, son muy importantes para determinar que este estuvo en el lugar del hecho, colocando como testigos claves a Larrosa, Méndez y Lescano, quienes habían señalado entre otras cosas que Torres estaba armado con cuchillos y que esa tarde estaba con su perrito, que fue hallado en el interior de la pieza donde se cometió el homicidio. La doctora Chichi pidió la pena de prisión perpetua por el homicidio agravado.
A su turno la doctora Romina Pino se opuso y abrió su alegato criticando con la frase “Un cuchillo y un perro. Con eso se quiere acreditar la autoría de mi defendido”.
Luego la defensora cuestionó a varios testigos de la parte acusadora señalando que en algunos casos mintieron y apuntó especialmente contra Méndez y Lescano, este último quien dio aviso de que algo rato estaba pasando cuando la víctima no le contestó, apuntándolos directamente como sospechosos en le muerte de Hernández, pero señalando que la parte acusadora solo se manejó con la supuesta responsabilidad de Torres.
La defensora recordó los informes y declaraciones de testigos profesionales, recriminando que se señalara a su cliente como responsable por haber tenido en su poder un cuchillo con vestigios de sangre de la víctima, elemento que no era de este y que le había sido entregado momentos antes por parte de Méndez.
También hizo referencia a los horarios que se señalara fue visto Torres, considerando que no había tiempo para que este hubiera estado en el lugar del crimen a la hora que este se cometía.
La doctora Romina Pino, solicitó así la absolución del acusado, considerando que no se tienen elementos que lo hagan responsable del lamentable crimen.
Habló el acusado
César Agustín Torres “alias Zenón”, finalmente hizo uso de su derecho a hablar antes del cierre del juicio y contó su versión de los hechos, desde el día anterior.
Torres se desligó del crimen y contó que estaba viviendo en la casa de Méndez (algo que el mismo Méndez se había encargado de negar en su declaración). Negó haber realizado amenazas con cuchillos y contó que tuvo una discusión con sus familiares, ya que quería recuperar un terreno de su propiedad para irse a vivir y alejarse de Méndez que había estado cometiendo robos y no quería estar más más con él.
Torres contó que Méndez había ido a robar esa noche al bar y le pidió a él que fuera a ver como estaba el ambiente y lo sindicó como quien le dio un cuchillo de su propiedad para cuidarse tras el incidente familiar, cuchillo que a la postre sería el cual tenía sangre del anciano asesinado.
El acusado negó haber tenido perro como señalaran testigos y reconoció que esta tarde anduvo con un cachorrito cuya madre estaba en una casa junto al bar y por eso lo dejó allí, pero que no entró al pasillo que llevaba a la pieza de la víctima.
Sin dudas esta declaración, dejó como sospechoso al menos a Méndez, una de las personas que la Defensa sostiene que pudo estar involucrada en el luctuoso hecho.
Sin dudas al Tribunal tendrá un complicado trabajo para analizar todos los puntos y testimonios vertidos en el debate, por lo que se dispuso tomar los cinco días que permite el código, para dar a conocer la sentencia el jueves 8 de septiembre a las 12:30 horas.Fuente 03442
La fiscalía, a cargo de la doctora María Albertina Chichi, solicitó la prisión perpetua, en tanto que la defensora Oficial, doctora Romina Pino, pidió la absolución, alegando que no hay elementos que sindiquen a Torres como el homicida.
Difícil tarea tendrá a simpe vista el Tribunal integrado por los vocales, Mariano Martínez, Mariela Rojas de Di Pretoro y Alejandrina Herrero, para llegar a una sentencia en el caso que se ventiló a lo largo de cuatro jornadas en la Sala Penal de Concepción del Uruguay, que trajo a juicio a este sujeto, señalado como responsable de los brutales golpes con un palo en la cabeza del septuagenario.
Durante esta semana, fueron numerosos los testigos que pasaron por la Sala, en su mayoría presentados por la parte acusadora, que está plenamente convencida de la responsabilidad de Torres, lo que se contrapone notoriamente con lo que sostiene la Defensa, que deja la duda sobre quien pudo darle muerte al anciano.
Los alegatos de cierre
Tras los últimos testigos de la mañana, que fueron profesionales médicos que intervinieron el lugar del hecho, la autopsia y los estudios posteriores, se pasó a un cuarto intermedio y se retomó el debate a las 18 horas, con los alegatos.
Quien hizo uso de la palabra fue la doctora Chichi, que consideró se había probado la responsabilidad de Torres en el crimen de Hernández, basándose en testimonios de quienes había indicado que lo vieron al acusado en la zona donde mataron al anciano, destacando que estaba alcoholizado y muy agresivo, habiendo mantenido peleas durante toda la trágica jornada.
También señaló que Torres presentaba una herida en una de sus manos, producto de haber roto el vidrio de la puerta donde dormía la víctima, agregando que tras matarlo a golpes (cuatro señalaron), habría acomodado en cuerpo, lo que provocó que se pudiera haber manchado la mano con sangre del anciano y que luego tocara un cuchillo que este tenía en su cintura, donde se halló (no a simple vista) con diferentes pruebas de los peritos, que había sangre humada perteneciente a Hernández.
La fiscal es convencida de que los horarios de la muerte y de los que dicen los testigos haber visto a Torres, son muy importantes para determinar que este estuvo en el lugar del hecho, colocando como testigos claves a Larrosa, Méndez y Lescano, quienes habían señalado entre otras cosas que Torres estaba armado con cuchillos y que esa tarde estaba con su perrito, que fue hallado en el interior de la pieza donde se cometió el homicidio. La doctora Chichi pidió la pena de prisión perpetua por el homicidio agravado.
A su turno la doctora Romina Pino se opuso y abrió su alegato criticando con la frase “Un cuchillo y un perro. Con eso se quiere acreditar la autoría de mi defendido”.
Luego la defensora cuestionó a varios testigos de la parte acusadora señalando que en algunos casos mintieron y apuntó especialmente contra Méndez y Lescano, este último quien dio aviso de que algo rato estaba pasando cuando la víctima no le contestó, apuntándolos directamente como sospechosos en le muerte de Hernández, pero señalando que la parte acusadora solo se manejó con la supuesta responsabilidad de Torres.
La defensora recordó los informes y declaraciones de testigos profesionales, recriminando que se señalara a su cliente como responsable por haber tenido en su poder un cuchillo con vestigios de sangre de la víctima, elemento que no era de este y que le había sido entregado momentos antes por parte de Méndez.
También hizo referencia a los horarios que se señalara fue visto Torres, considerando que no había tiempo para que este hubiera estado en el lugar del crimen a la hora que este se cometía.
La doctora Romina Pino, solicitó así la absolución del acusado, considerando que no se tienen elementos que lo hagan responsable del lamentable crimen.
Habló el acusado
César Agustín Torres “alias Zenón”, finalmente hizo uso de su derecho a hablar antes del cierre del juicio y contó su versión de los hechos, desde el día anterior.
Torres se desligó del crimen y contó que estaba viviendo en la casa de Méndez (algo que el mismo Méndez se había encargado de negar en su declaración). Negó haber realizado amenazas con cuchillos y contó que tuvo una discusión con sus familiares, ya que quería recuperar un terreno de su propiedad para irse a vivir y alejarse de Méndez que había estado cometiendo robos y no quería estar más más con él.
Torres contó que Méndez había ido a robar esa noche al bar y le pidió a él que fuera a ver como estaba el ambiente y lo sindicó como quien le dio un cuchillo de su propiedad para cuidarse tras el incidente familiar, cuchillo que a la postre sería el cual tenía sangre del anciano asesinado.
El acusado negó haber tenido perro como señalaran testigos y reconoció que esta tarde anduvo con un cachorrito cuya madre estaba en una casa junto al bar y por eso lo dejó allí, pero que no entró al pasillo que llevaba a la pieza de la víctima.
Sin dudas esta declaración, dejó como sospechoso al menos a Méndez, una de las personas que la Defensa sostiene que pudo estar involucrada en el luctuoso hecho.
Sin dudas al Tribunal tendrá un complicado trabajo para analizar todos los puntos y testimonios vertidos en el debate, por lo que se dispuso tomar los cinco días que permite el código, para dar a conocer la sentencia el jueves 8 de septiembre a las 12:30 horas.Fuente 03442
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