Con una gran concurrencia de fieles y la presencia del Obispo Jorge Lozano, fueron despedidos este martes los restos mortales del Padre Alcides Rougier.
Fue con una misa de cuerpo presente, realizada en la Inmaculada Concepción, donde pasaron gran cantidad de vecinos, muchos de los cuales acompañaron el oficio religioso y despidieron la partida del féretro con un fuerte aplauso y signos de gran emoción, el cual recibió sepultura en la ciudad de San José.
Durante la misa, se escucharon palabras del Padre Rougier, que dejara escritas en una nota, para sean leídas el día de su fallecimiento, donde agradeció a todos el acompañamiento y señaló que no estaría solo ya que iría junto al Señor.
El féretro fue retirado de la Basílica por los sacerdotes que acompañaron a Monseñor Lozano, tras ser bendecido por el Obispo.
Padre Maximiliano de Victoria
Hubo muchas personas que comentaban sobre quien fue y la personalidad del Padre Rougier, y 03442 dialogó con el Padre Maximiliano de San Roque, ciudad de Victoria, quien se refirió a él diciendo que “Fue un gran amigo de todos. Nos preguntamos a cuantos acompañó o cuantos habrán venido hacia él, y el Padre Alcides siempre estuvo presente con su simpleza. De esto nos reconforta saber que está donde quería estar, ya que o dijo en sus palabras que a la hora de la muerte uno no está solo, ya que es Jesús que nos viene a buscar”.
“Fue una persona que siempre nos acompañó y alentó. A los sacerdotes nuevos nos daba como un impulso y seguramente tenemos muchas cosas para imitar o aprender de él, por lo que deberemos reflexionar todo lo que nos dio a lo largo de toda su vida”, finalizó.
Monseñor Lozano
Ante un acontecimiento como este, no podía faltar la palabra de Monseñor Jorge Lozano, quien en diálogo con 03442, se refirió diciendo “El Padre Alcides fue una persona con una riqueza interior muy grande y que lo llevó a ganar un cariño muy lindo por las Parroquias o comunidades por las que pasó. Esto queda demostrado con los que han venido de numerosas Parroquias de la Diócesis donde él ejerció el ministerio durante tantos años y en estos últimos meses nos dejó una enseñanza muy linda de poder sobrellevar el sufrimiento, la enfermedad, con la compañía de sus amigos o de quienes lo acompañaban, ofreciendo también su sufrimiento y su dolor, por todos los que formamos parte de la Diócesis, así que fue un testimonio de fe y alegría muy lindo”.
Finalizando, Lozano se refirió a las muestras de dolor de la gente y destacó que “La cualidad que él tuvo, fue la de hacerse querer y entender por niños, jóvenes y adultos. Tuvo en su vida una constante renovación y adecuación, por lo que también con esto nos deja una enseñanza a todos”.
Padre Alcides
Alcides Leonardo Rougier, nació el 6 de noviembre de 1926 en el Distrito Vergara, Departamento Villaguay, a unos 15 Km de Jubileo, siendo sus padres Gustavo Rougier y Paulina Martín. Fue más tarde bautizado en San José. Fue el tercero de once hermanos: Alicia; Ramón; Alcides Leonardo; Odelmar; Teresita Iridis; Nelio (Sacerdote); Bernardita; Nivel; Gustavo; Hermes y María de los Ángeles, ésta última también nacida un 6 de noviembre.
Según el Padre Rougier, su vocación sacerdotal fue todo un misterio, ya desde los 7 años sintió el llamado a ser Sacerdote, a esa edad, en septiembre de 1934 hizo su primera Comunión (en ese año, en octubre tenía lugar en Buenos Aires el Congreso Eucarístico Internacional). El sacerdote que le dio por primera vez a Jesús en la Eucaristía era un misionero que pasó por el lugar, y en el galpón del ferrocarril juntó a los chicos de la zona y los preparó a recibir la primera Comunión, el Sacerdote se llamaba Marcelino Carriero. ¿Habrá sido este sacerdote el instrumento del Señor, para despertar del todo en el pequeño Alcides su ministerio sacerdotal?
Llegado el año 1935, con sus padres se trasladó a San Huberto, donde llegaron a ser unas once familias instaladas en medio del campo. Ese año no asistió a la escuela, ya que no la había en el lugar. Recién al año entrante, en 1936 en 3º grado (hoy 4º grado, ya que había en aquel entonces 1º inferior), una maestra les enseñaba a adultos y chicos en una habitación de un domicilio particular. Allí fue cuando le manifestó la idea de ser sacerdote cuando grande. Al saber sus papás de su intención (todo un misterio, como decía el Padre Alcides, ya que jamás tuvo un sacerdote de referencia, o una capilla cercana donde frecuentarla diariamente), lo comunicaron al Padre Gallón, quien atendía en el templo de Villa Elisa, junto al Padre Metz (familiar del Padre Alberto Metz, posiblemente tío). La cita con el Padre Gallón y los papás del Padre Rougier se da el 13 de marzo de 1939 cuando a su vez lo convocan al Padre para entronizar una imagen del Sagrado Corazón de Jesús en su casa. De esta manera el futuro Padre Alcides Rougier y el también futuro Padre Juan Esteban Rougier viven en la capilla y allí aprenden latín. En mayo de 1940 ingresa al Seminario de Paraná, pero el que se encontraba en el interior de la ciudad, pues recién en los últimos años pasa al que se encuentra en la actualidad en las afueras de la ciudad capital.
Según relata el Padre Alcides, él y otros tantos, formaban parte del “grupo de revolucionarios”, ya que reclamaban ciertos cambios para la Iglesia. Solían adoctrinarse por medio de la revista “Resurgimiento”. Ellos celebraron con gran alegría tiempo más tarde la llegada del Concilio Vaticano II.
Llega así su gran día, el 20 de noviembre de 1952 se ordenó Sacerdote en la Catedral de Paraná, de manos de Monseñor Zenobio Lorenzo Guilland (1935 – 1962)
Entre 1964 y 1965 fue becado a Brujas (Bélgica), obteniendo el título de Licenciado en Teología Pastoral. Entre sus tantos servicios, fue designado “Director Diocesano de Catequesis” por Monseñor Boxler entre los años 1973 y 1983.
Varios fueron sus destinos a lo largo de su vida sacerdotal, entre ellos:
“San Antonio de Pauda” de Concordia (1953); Larrroque (1956); Basavilbaso (1957); “San José” de Gualeguay (1959); “Santa Teresita” de Gualeguaychú (1970); “Cristo Rey” de Gualeguaychú (1973); “San José” de Basavilbaso (1983) y desde el 12 de diciembre de 1991 al 15 de diciembre de 2002, en la Basílica de la Inmaculada Concepción, de Concepción del Uruguay, en calidad de Párroco.
Continuando con el listado, Arroyo Barú en 2003; 1º de Mayo en 2004 y Rosario del Tala; San Justo entre 2011 y 2012; nuevamente a la Basílica ayudando al Padre Jorge Almeida en el 2013, y a partir de diciembre de 2014 y enero de 2015 la comunidad de “San Vicente” de Concepción del Uruguay lo ve llegar como acompañante del Padre Sebastián S. Ramos.
El Padre Alcides fue un gran viajero, en varias oportunidades visitó Europa, y la recorrió con el fin de acrecentar sus conocimientos en Historia de la Iglesia y en la Historia del arte cristiano. No pocas fueron las ocasiones en que brindó charlas con el material fotográfico de los lugares recorridos. Importante era su caudal de conocimientos para los jóvenes sacerdotes y para el enriquecimiento de las comunidades cristianas, como su larga y fecunda trayectoria sacerdotal. Para los sacerdotes se trató de un Patriarca. Fue muy valorado por la curia diocesana, desde los seminaristas, pasando por los sacerdotes jóvenes y hasta los de trayectoria. Era admirado, más allá de sus grandes conocimientos, por su sabiduría y experiencia pastoral.
Dijo finalmente el Padre Alcides en aquella entrevista que le hiciera en el año 2012 en el comedor de la casa parroquial de la Basílica de la Inmaculada Concepción: “No me hice sacerdote para hacer sufrir a la gente, aunque a veces mi carácter me juega una mala pasada. Hay que amar a las personas.”
“Se debe buscar a las personas para acercarlas a Cristo como dice Mateo 28, luego adoctrinarlas.”
Su salud se fue quebrantando a partir del año 2016. Varias fueron sus internaciones en la Cooperativa Médica de nuestra ciudad, hasta que el lunes 19 de septiembre a las 14:30 hs, falleció en este centro de salud a la edad de 89 años. Ese día era el cumpleaños de su mamá.
Biografía Gentileza Lic. José A. Vernaz...Fuente 03442.
Fue con una misa de cuerpo presente, realizada en la Inmaculada Concepción, donde pasaron gran cantidad de vecinos, muchos de los cuales acompañaron el oficio religioso y despidieron la partida del féretro con un fuerte aplauso y signos de gran emoción, el cual recibió sepultura en la ciudad de San José.
Durante la misa, se escucharon palabras del Padre Rougier, que dejara escritas en una nota, para sean leídas el día de su fallecimiento, donde agradeció a todos el acompañamiento y señaló que no estaría solo ya que iría junto al Señor.
El féretro fue retirado de la Basílica por los sacerdotes que acompañaron a Monseñor Lozano, tras ser bendecido por el Obispo.
Padre Maximiliano de Victoria
Hubo muchas personas que comentaban sobre quien fue y la personalidad del Padre Rougier, y 03442 dialogó con el Padre Maximiliano de San Roque, ciudad de Victoria, quien se refirió a él diciendo que “Fue un gran amigo de todos. Nos preguntamos a cuantos acompañó o cuantos habrán venido hacia él, y el Padre Alcides siempre estuvo presente con su simpleza. De esto nos reconforta saber que está donde quería estar, ya que o dijo en sus palabras que a la hora de la muerte uno no está solo, ya que es Jesús que nos viene a buscar”.
“Fue una persona que siempre nos acompañó y alentó. A los sacerdotes nuevos nos daba como un impulso y seguramente tenemos muchas cosas para imitar o aprender de él, por lo que deberemos reflexionar todo lo que nos dio a lo largo de toda su vida”, finalizó.
Monseñor Lozano
Ante un acontecimiento como este, no podía faltar la palabra de Monseñor Jorge Lozano, quien en diálogo con 03442, se refirió diciendo “El Padre Alcides fue una persona con una riqueza interior muy grande y que lo llevó a ganar un cariño muy lindo por las Parroquias o comunidades por las que pasó. Esto queda demostrado con los que han venido de numerosas Parroquias de la Diócesis donde él ejerció el ministerio durante tantos años y en estos últimos meses nos dejó una enseñanza muy linda de poder sobrellevar el sufrimiento, la enfermedad, con la compañía de sus amigos o de quienes lo acompañaban, ofreciendo también su sufrimiento y su dolor, por todos los que formamos parte de la Diócesis, así que fue un testimonio de fe y alegría muy lindo”.
Finalizando, Lozano se refirió a las muestras de dolor de la gente y destacó que “La cualidad que él tuvo, fue la de hacerse querer y entender por niños, jóvenes y adultos. Tuvo en su vida una constante renovación y adecuación, por lo que también con esto nos deja una enseñanza a todos”.
Padre Alcides
Alcides Leonardo Rougier, nació el 6 de noviembre de 1926 en el Distrito Vergara, Departamento Villaguay, a unos 15 Km de Jubileo, siendo sus padres Gustavo Rougier y Paulina Martín. Fue más tarde bautizado en San José. Fue el tercero de once hermanos: Alicia; Ramón; Alcides Leonardo; Odelmar; Teresita Iridis; Nelio (Sacerdote); Bernardita; Nivel; Gustavo; Hermes y María de los Ángeles, ésta última también nacida un 6 de noviembre.
Según el Padre Rougier, su vocación sacerdotal fue todo un misterio, ya desde los 7 años sintió el llamado a ser Sacerdote, a esa edad, en septiembre de 1934 hizo su primera Comunión (en ese año, en octubre tenía lugar en Buenos Aires el Congreso Eucarístico Internacional). El sacerdote que le dio por primera vez a Jesús en la Eucaristía era un misionero que pasó por el lugar, y en el galpón del ferrocarril juntó a los chicos de la zona y los preparó a recibir la primera Comunión, el Sacerdote se llamaba Marcelino Carriero. ¿Habrá sido este sacerdote el instrumento del Señor, para despertar del todo en el pequeño Alcides su ministerio sacerdotal?
Llegado el año 1935, con sus padres se trasladó a San Huberto, donde llegaron a ser unas once familias instaladas en medio del campo. Ese año no asistió a la escuela, ya que no la había en el lugar. Recién al año entrante, en 1936 en 3º grado (hoy 4º grado, ya que había en aquel entonces 1º inferior), una maestra les enseñaba a adultos y chicos en una habitación de un domicilio particular. Allí fue cuando le manifestó la idea de ser sacerdote cuando grande. Al saber sus papás de su intención (todo un misterio, como decía el Padre Alcides, ya que jamás tuvo un sacerdote de referencia, o una capilla cercana donde frecuentarla diariamente), lo comunicaron al Padre Gallón, quien atendía en el templo de Villa Elisa, junto al Padre Metz (familiar del Padre Alberto Metz, posiblemente tío). La cita con el Padre Gallón y los papás del Padre Rougier se da el 13 de marzo de 1939 cuando a su vez lo convocan al Padre para entronizar una imagen del Sagrado Corazón de Jesús en su casa. De esta manera el futuro Padre Alcides Rougier y el también futuro Padre Juan Esteban Rougier viven en la capilla y allí aprenden latín. En mayo de 1940 ingresa al Seminario de Paraná, pero el que se encontraba en el interior de la ciudad, pues recién en los últimos años pasa al que se encuentra en la actualidad en las afueras de la ciudad capital.
Según relata el Padre Alcides, él y otros tantos, formaban parte del “grupo de revolucionarios”, ya que reclamaban ciertos cambios para la Iglesia. Solían adoctrinarse por medio de la revista “Resurgimiento”. Ellos celebraron con gran alegría tiempo más tarde la llegada del Concilio Vaticano II.
Llega así su gran día, el 20 de noviembre de 1952 se ordenó Sacerdote en la Catedral de Paraná, de manos de Monseñor Zenobio Lorenzo Guilland (1935 – 1962)
Entre 1964 y 1965 fue becado a Brujas (Bélgica), obteniendo el título de Licenciado en Teología Pastoral. Entre sus tantos servicios, fue designado “Director Diocesano de Catequesis” por Monseñor Boxler entre los años 1973 y 1983.
Varios fueron sus destinos a lo largo de su vida sacerdotal, entre ellos:
“San Antonio de Pauda” de Concordia (1953); Larrroque (1956); Basavilbaso (1957); “San José” de Gualeguay (1959); “Santa Teresita” de Gualeguaychú (1970); “Cristo Rey” de Gualeguaychú (1973); “San José” de Basavilbaso (1983) y desde el 12 de diciembre de 1991 al 15 de diciembre de 2002, en la Basílica de la Inmaculada Concepción, de Concepción del Uruguay, en calidad de Párroco.
Continuando con el listado, Arroyo Barú en 2003; 1º de Mayo en 2004 y Rosario del Tala; San Justo entre 2011 y 2012; nuevamente a la Basílica ayudando al Padre Jorge Almeida en el 2013, y a partir de diciembre de 2014 y enero de 2015 la comunidad de “San Vicente” de Concepción del Uruguay lo ve llegar como acompañante del Padre Sebastián S. Ramos.
El Padre Alcides fue un gran viajero, en varias oportunidades visitó Europa, y la recorrió con el fin de acrecentar sus conocimientos en Historia de la Iglesia y en la Historia del arte cristiano. No pocas fueron las ocasiones en que brindó charlas con el material fotográfico de los lugares recorridos. Importante era su caudal de conocimientos para los jóvenes sacerdotes y para el enriquecimiento de las comunidades cristianas, como su larga y fecunda trayectoria sacerdotal. Para los sacerdotes se trató de un Patriarca. Fue muy valorado por la curia diocesana, desde los seminaristas, pasando por los sacerdotes jóvenes y hasta los de trayectoria. Era admirado, más allá de sus grandes conocimientos, por su sabiduría y experiencia pastoral.
Dijo finalmente el Padre Alcides en aquella entrevista que le hiciera en el año 2012 en el comedor de la casa parroquial de la Basílica de la Inmaculada Concepción: “No me hice sacerdote para hacer sufrir a la gente, aunque a veces mi carácter me juega una mala pasada. Hay que amar a las personas.”
“Se debe buscar a las personas para acercarlas a Cristo como dice Mateo 28, luego adoctrinarlas.”
Su salud se fue quebrantando a partir del año 2016. Varias fueron sus internaciones en la Cooperativa Médica de nuestra ciudad, hasta que el lunes 19 de septiembre a las 14:30 hs, falleció en este centro de salud a la edad de 89 años. Ese día era el cumpleaños de su mamá.
Biografía Gentileza Lic. José A. Vernaz...Fuente 03442.
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