En verano los ofidios aparecen con más frecuencia y los expertos aconsejan qué hacer. En este caso podría tratarse de una víbora de coral.
Haciendo las tareas habituales de limpieza, Silvina Fontana corrió un sommier y grande fue su sorpresa cuando se encontró con una serpiente de tamaño considerable desplazándose hacia una cómoda. Nunca había visto una especie de ese tipo en la zona donde vive, en las afueras de Oro Verde, y enseguida la invadió el temor. Pensó en su hijo y en protegerlo, por lo que llamó a un vecino, quien ante el presunto peligro optó por darle muerte al animal.
Luego, con la presa ya inerte en el piso y el alivio de saber que ya no correrían ningún peligro, buscaron en Internet para saber si era inofensiva o venenosa. Los datos que obtuvieron coincidían con las características de una víbora de coral: según indican algunos sitios, los anillos rojos, negros y blancuzcos que tenía sobre el lomo continuaban en la panza y esta fue una de las particularidades que rescataron para suponer que se trataba de este reptil cuya mordedura es mortal. "Buscando en Internet sacamos la conclusión de que era venenosa. No tuvimos oportunidad de consultar a ningún experto, pero me gustaría saber si no es de las verdaderas corales, así me quedo más tranquila", contó a UNO.
El vecino le comentó a Silvina que no es la primera vez que le toca estar cerca de una serpiente en la zona, si bien fueron de diferentes especies. "Él hace muchos años que vive ahí y esta creo que es la 10ª víbora que encuentra. Sin embargo, es la primera vez que se topa con un ejemplar de este tipo. Él trata de no matarlas si sabe que no son venenosas, pero en este caso no tenía la certeza", dijo la mujer, con evidente preocupación.
Si bien no llegó a medir la longitud del ejemplar, estima que superaba los 40 centímetros. Dentro de sus posibilidades, tomó medidas inmediatas y revisó debajo de todos los muebles, cortó el pasto que ya estaba crecido en el amplio terreno donde está su vivienda, y optó por no dejar más la puerta abierta para que entre algo de fresco ante los calores sofocantes de esta época. "Me gustaría saber cómo manejarme de aquí en más. Tengo la precaución ahora de revisar los calzados, y debajo de mi cama, que es donde estaba y la vi salir hacia una cómoda. Ese día casi me desmayo", confió.
UNO consultó sobre el tema a la ingeniera agrónoma Yolanda Querchi, coordinadora del Proyecto Yacaré que funciona en el Centro Demostrador Educativo de Producciones Sustentables y Energías Alternativas de la Provincia. En base a la foto que compartió Silvina, estimó que puede tratarse de un ejemplar de esta especie y no de una culebra que tiene la coloración parecida y anillos similares, llamada falsa coral.
En este marco, señaló: "Puede encontrarse la coral en Entre Ríos, y aunque no es usual en Paraná, es una especie que tiene distribución y con todas las anormalidades del clima han aparecido en la zona especies que por ahí no son las habituales de ver".
Por otra parte, la especialista indicó que esta es la época de mayor actividad de los reptiles: "En verano es cuando más aparecen y podemos encontrar víboras de la mayoría de las especies, excepto la de cascabel, que hace décadas no se ven en la región y que es una de las más peligrosas".
Si bien la mayoría de la gente suele espantarse con la presencia de algún reptil, Querchi aconsejó: "Lo primero que hay que considerar es tratar de no asustarse, al igual que cuando aparecen los alacranes. La gente los ve y se desespera, pero son especies nuestras y hay que aprender a convivir con ellas".
A su vez, indicó que en caso de sufrir una mordedura, en todos los centros de salud y en los hospitales provinciales hay antídotos para la especies que aparecen, y hay que acudir lo antes posible.
Por su parte Griselda Urich, licenciada en Biología y coordinadora del área de Educación y Comunicación del Parque Escolar Rural Enrique Berduc, aclaró: "Las serpientes no vienen a atacarnos. El problema se genera cuando nosotros nos metemos cerca de sus nidos o las pisamos".
En el ámbito del Parque habitan numerosas clases de víboras, que en esta época del año suelen desplazarse y estar más activas, entre los que se encuentran la tan temida yarará.
En este contexto, Urich recomendó: "Para andar tranquilos en el Parque los consejos son moverse por las zonas habilitadas, no meterse en lugares donde el pasto esté alto y no se pueda ver donde se pisa. En el caso de verlas, ya sea en los caminos principales o playa, les pedimos que no las maten, sino que informen al personal del lugar para que se las pueda trasladar a un sector donde no circule gente".
"Hay que entender que todos los animales cumplen una función en el ecosistema, y las serpientes son controladoras de roedores por ejemplo. Si pensamos que los roedores pueden transmitirnos enfermedades, vamos a querer que haya serpientes para que se los coman", aclaró.
Para distinguir las que pueden ser peligrosas, Urich señaló que en la bibliografía sobre el tema se especifica que las especies venenosas tienen cabeza triangular, con escamas pequeñas y carenadas; la pupila es elíptica, vertical, con foseta loreal, y las escamas del cuerpo también son carenadas. En cambio, en las culebras la cabeza es redonda, con placas grandes y lisas, al igual que las del cuerpo; y tienen generalmente la pupila circular, sin foseta loreal.
Recursos
Mariano Kuroski, propietario de una empresa de servicio de control de plagas en Paraná, contó a UNO que en esta época del año suelen requerirlo personas que encontraron alguna víbora en su vivienda: "Nos llaman por ese tema sobre todo en esta época, porque es la época en que más aparecen porque es cuando encuentran alimento, pero en general no nos encontramos con reptiles peligrosos", dijo.
A su vez, comentó que habitualmente el sistema de control que utilizan son unas cajas que adentro llevan pegamento. El reptil siempre busca ocultarse en un lugar cerrado y oscuro, y es común que se meta en la caja, por lo que queda atrapado en este dispositivo. "Este tipo de trampas se pone para insectos rastreros y funciona también en estos casos", explicó.
Haciendo las tareas habituales de limpieza, Silvina Fontana corrió un sommier y grande fue su sorpresa cuando se encontró con una serpiente de tamaño considerable desplazándose hacia una cómoda. Nunca había visto una especie de ese tipo en la zona donde vive, en las afueras de Oro Verde, y enseguida la invadió el temor. Pensó en su hijo y en protegerlo, por lo que llamó a un vecino, quien ante el presunto peligro optó por darle muerte al animal.
Luego, con la presa ya inerte en el piso y el alivio de saber que ya no correrían ningún peligro, buscaron en Internet para saber si era inofensiva o venenosa. Los datos que obtuvieron coincidían con las características de una víbora de coral: según indican algunos sitios, los anillos rojos, negros y blancuzcos que tenía sobre el lomo continuaban en la panza y esta fue una de las particularidades que rescataron para suponer que se trataba de este reptil cuya mordedura es mortal. "Buscando en Internet sacamos la conclusión de que era venenosa. No tuvimos oportunidad de consultar a ningún experto, pero me gustaría saber si no es de las verdaderas corales, así me quedo más tranquila", contó a UNO.
El vecino le comentó a Silvina que no es la primera vez que le toca estar cerca de una serpiente en la zona, si bien fueron de diferentes especies. "Él hace muchos años que vive ahí y esta creo que es la 10ª víbora que encuentra. Sin embargo, es la primera vez que se topa con un ejemplar de este tipo. Él trata de no matarlas si sabe que no son venenosas, pero en este caso no tenía la certeza", dijo la mujer, con evidente preocupación.
Si bien no llegó a medir la longitud del ejemplar, estima que superaba los 40 centímetros. Dentro de sus posibilidades, tomó medidas inmediatas y revisó debajo de todos los muebles, cortó el pasto que ya estaba crecido en el amplio terreno donde está su vivienda, y optó por no dejar más la puerta abierta para que entre algo de fresco ante los calores sofocantes de esta época. "Me gustaría saber cómo manejarme de aquí en más. Tengo la precaución ahora de revisar los calzados, y debajo de mi cama, que es donde estaba y la vi salir hacia una cómoda. Ese día casi me desmayo", confió.
UNO consultó sobre el tema a la ingeniera agrónoma Yolanda Querchi, coordinadora del Proyecto Yacaré que funciona en el Centro Demostrador Educativo de Producciones Sustentables y Energías Alternativas de la Provincia. En base a la foto que compartió Silvina, estimó que puede tratarse de un ejemplar de esta especie y no de una culebra que tiene la coloración parecida y anillos similares, llamada falsa coral.
En este marco, señaló: "Puede encontrarse la coral en Entre Ríos, y aunque no es usual en Paraná, es una especie que tiene distribución y con todas las anormalidades del clima han aparecido en la zona especies que por ahí no son las habituales de ver".
Por otra parte, la especialista indicó que esta es la época de mayor actividad de los reptiles: "En verano es cuando más aparecen y podemos encontrar víboras de la mayoría de las especies, excepto la de cascabel, que hace décadas no se ven en la región y que es una de las más peligrosas".
Si bien la mayoría de la gente suele espantarse con la presencia de algún reptil, Querchi aconsejó: "Lo primero que hay que considerar es tratar de no asustarse, al igual que cuando aparecen los alacranes. La gente los ve y se desespera, pero son especies nuestras y hay que aprender a convivir con ellas".
A su vez, indicó que en caso de sufrir una mordedura, en todos los centros de salud y en los hospitales provinciales hay antídotos para la especies que aparecen, y hay que acudir lo antes posible.
Por su parte Griselda Urich, licenciada en Biología y coordinadora del área de Educación y Comunicación del Parque Escolar Rural Enrique Berduc, aclaró: "Las serpientes no vienen a atacarnos. El problema se genera cuando nosotros nos metemos cerca de sus nidos o las pisamos".
En el ámbito del Parque habitan numerosas clases de víboras, que en esta época del año suelen desplazarse y estar más activas, entre los que se encuentran la tan temida yarará.
En este contexto, Urich recomendó: "Para andar tranquilos en el Parque los consejos son moverse por las zonas habilitadas, no meterse en lugares donde el pasto esté alto y no se pueda ver donde se pisa. En el caso de verlas, ya sea en los caminos principales o playa, les pedimos que no las maten, sino que informen al personal del lugar para que se las pueda trasladar a un sector donde no circule gente".
"Hay que entender que todos los animales cumplen una función en el ecosistema, y las serpientes son controladoras de roedores por ejemplo. Si pensamos que los roedores pueden transmitirnos enfermedades, vamos a querer que haya serpientes para que se los coman", aclaró.
Para distinguir las que pueden ser peligrosas, Urich señaló que en la bibliografía sobre el tema se especifica que las especies venenosas tienen cabeza triangular, con escamas pequeñas y carenadas; la pupila es elíptica, vertical, con foseta loreal, y las escamas del cuerpo también son carenadas. En cambio, en las culebras la cabeza es redonda, con placas grandes y lisas, al igual que las del cuerpo; y tienen generalmente la pupila circular, sin foseta loreal.
Recursos
Mariano Kuroski, propietario de una empresa de servicio de control de plagas en Paraná, contó a UNO que en esta época del año suelen requerirlo personas que encontraron alguna víbora en su vivienda: "Nos llaman por ese tema sobre todo en esta época, porque es la época en que más aparecen porque es cuando encuentran alimento, pero en general no nos encontramos con reptiles peligrosos", dijo.
A su vez, comentó que habitualmente el sistema de control que utilizan son unas cajas que adentro llevan pegamento. El reptil siempre busca ocultarse en un lugar cerrado y oscuro, y es común que se meta en la caja, por lo que queda atrapado en este dispositivo. "Este tipo de trampas se pone para insectos rastreros y funciona también en estos casos", explicó.
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