El campo donde vivían y trabajaban la familia Gill será escenario de nuevas excavaciones ordenadas por el Juez de Garantías Gustavo Acosta
Pasaron 16 años desde que la familia Gil fue vista por última vez en un velorio de la ciudad de Viale. Desde allí, retornaron a la estancia La Candelaria en Crucecita Séptima- y nunca más se supo de ellos.
Un 13 de enero de 2002 , fueron vistos por última vez Rubén José Gill, de 55 años, su esposa, Margarita Norma Gallegos, de 26, y sus hijos María Ofelia de 12, Osvaldo José de 9, Sofía Margarita de 6 y Carlos Daniel de 2.
El abogado Maximiliano Navarro, uno de los querellantes en la causa judicial que procura dar con el paradero de los integrantes de la familia Gill, cuyo rastro se perdió el 13 de enero de 2012, cuando fueron a un velatorio en Viale y nunca más se los vio en su lugar de trabajo, la estancia La Candelaria, en Crucesitas Séptima, a 50 kilómetros de Paraná.
Un caso definitivamente misterioso que la Justicia entrerriana no ha podido develar. Ninguna pista aporta datos certeros respecto del destino que tuvieron Rubén “Mencho” Gill, en 2012 de de 55 años; su esposa Margarita Norma Gallegos, de 26, y sus hijos María Ofelia de 12, Osvaldo José de 9, Sofía Margarita de 6 y Carlos Daniel de 2. Diecioséis años después, no se sabe qué fue de todos ellos.
El 5 de febrero próximo, el juez de Garantías de Nogoyá, Gustavo Acosta, ahora a cargo de la causa por averiguación de paradero, encabezará un procedimiento en La Candelaria: a partir de los datos aportado por Armando Nanni, un testigo que apareció tras la muerte del dueño del campo, Francisco Goette, en 2016, y que está convencido de que los Gill están muertos y enterados en el mismo lugar adonde vivieron, la estancia de Crucesitas Séptima. DIAUNONOTICIAS
Pasaron 16 años desde que la familia Gil fue vista por última vez en un velorio de la ciudad de Viale. Desde allí, retornaron a la estancia La Candelaria en Crucecita Séptima- y nunca más se supo de ellos.
Un 13 de enero de 2002 , fueron vistos por última vez Rubén José Gill, de 55 años, su esposa, Margarita Norma Gallegos, de 26, y sus hijos María Ofelia de 12, Osvaldo José de 9, Sofía Margarita de 6 y Carlos Daniel de 2.
El abogado Maximiliano Navarro, uno de los querellantes en la causa judicial que procura dar con el paradero de los integrantes de la familia Gill, cuyo rastro se perdió el 13 de enero de 2012, cuando fueron a un velatorio en Viale y nunca más se los vio en su lugar de trabajo, la estancia La Candelaria, en Crucesitas Séptima, a 50 kilómetros de Paraná.
Un caso definitivamente misterioso que la Justicia entrerriana no ha podido develar. Ninguna pista aporta datos certeros respecto del destino que tuvieron Rubén “Mencho” Gill, en 2012 de de 55 años; su esposa Margarita Norma Gallegos, de 26, y sus hijos María Ofelia de 12, Osvaldo José de 9, Sofía Margarita de 6 y Carlos Daniel de 2. Diecioséis años después, no se sabe qué fue de todos ellos.
El 5 de febrero próximo, el juez de Garantías de Nogoyá, Gustavo Acosta, ahora a cargo de la causa por averiguación de paradero, encabezará un procedimiento en La Candelaria: a partir de los datos aportado por Armando Nanni, un testigo que apareció tras la muerte del dueño del campo, Francisco Goette, en 2016, y que está convencido de que los Gill están muertos y enterados en el mismo lugar adonde vivieron, la estancia de Crucesitas Séptima. DIAUNONOTICIAS
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