Será el 8 de marzo e incluirá una movilización. Varios países europeos y de América latina también harán protestas.
Después de tres masivas marchas, una huelga de mujeres y la presentación del Índice de Violencia Machista, el futuro inmediato del colectivo “Ni Una Menos” se dirige a la realización de un paro internacional de mujeres, a la expansión de la iniciativa a otros países y a la profundización de las acciones contra los femicidios y por la igualdad de género.
Desde que surgió, en 2015, su consigna contra los asesinatos de mujeres se expandió por todo el país. Ni Una Menos fue apropiado por los distintos niveles de gobierno, por grupos feministas locales y extranjeros, sindicatos y agrupaciones políticas y sociales. La imagen que identifica al colectivo está presente en carteles en dependencias del Estado como en casas particulares, comercios y avatares de redes sociales.
También traspasó las fronteras. Ahora hay “Ni Una Menos” en países como Perú y Brasil. En México se creó el año pasado por redes sociales un grupo similar a partir de una marcha, llamado “Vivas Nos Queremos”. Poco después, “Ni Una Menos” incorporó esa frase como parte de su nombre, como señal de solidaridad con ese país, donde hubo siete femicidios por día entre 2013 y 2014. En la Argentina, en 2016 hubo un femicidio diario.
Paro de mujeres
Las mujeres que originaron “Ni Una Menos”, en su mayor parte periodistas y escritoras, se reúnen semanalmente para debatir y organizar acciones. La más reciente fue el lanzamiento de la campaña #EstamosParaNosotras a través de las redes sociales, que promueve el uso de una cinta negra (“como color de luto y lucha”) para transmitir apoyo entre mujeres.
Días atrás se sumaron a la convocatoria de grupos feministas norteamericanos para manifestarse contra las expresiones discriminatorias del flamante presidente Donald Trump, a horas de su llegada a la Casa Blanca.
La próxima iniciativa del grupo es un paro internacional, el 8 de marzo, cuando se conmemora el Día Internacional de la Mujer. Por ahora lo organizan en sintonía con grupos feministas de Alemania, Brasil, Chile, Corea del Sur, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Escocia, Honduras, Irlanda del Norte, República de Irlanda, Israel, Italia, México, Nicaragua, Perú, Polonia, Rusia, Suecia, Turquía y Uruguay.
En Buenos Aires, como el año pasado, el paro está convocado entre las 13 y las 14. A las 17, habrá una marcha del Congreso a la Plaza de Mayo. Los detalles pueden consultarse en el Facebook y la página web de las organizadoras, donde los contenidos están en español y en inglés.
“El paro de 2015 tuvo repercusiones en otros países. Desde entonces empezamos a articular más fuerte la actividad internacional. Primero con América latina, después con países de Europa”, contó a La Nación la periodista Florencia Alcaraz, que el año pasado viajó a La Paz para tender lazos y concertar acciones con Ni Una Menos Perú.
El paro internacional apunta contra la violencia y contra la desigualdad económica entre hombres y mujeres. Así lo resume la periodista Marta Dillon: “El paro es la visibilización de todas las horas que las mujeres trabajamos sin que nos paguen. Sabemos que nuestras jornadas laborales son tres horas más largas porque las tareas de cuidado se suman como segunda o tercera jornada. Además, la brecha salarial está en el 30%. Vamos a parar las horas que no nos pagan para reflexionar sobre esa desigualdad estructural”.
“Cuando se inicia un camino, lo peor es quedarse en la mitad”, agregó la periodista Luciana Peker, una “colaboradora” de Ni Una Menos. “Cuando las mujeres denuncian, la violencia crece. El que antes les pegaba quiere matarlas. El ensañamiento crece. Entonces la protección del Estado tiene que crecer”, dijo.
“Lo que veo con mi trabajo como periodista de género es que hubo un aumento de la crueldad a partir de las denuncias de la primera marcha. A esto no se responde volviéndose a esconder, sino protegiendo más a las mujeres, con un movimiento más fuerte. Por eso se prepara un gran paro internacional. En la mitad del camino es donde las mujeres más riesgo corren”, sostuvo.
En 2017, “Ni Una Menos” también buscará introducir en la agenda pública los tipos de violencia de género menos conocidos (con respecto a los golpes o los femicidios), pero más frecuentes: la violencia simbólica, sexual, obstétrica, institucional, entre otras, tipificadas en la ley de prevención integral de la violencia contra la mujer.
Las activistas creen que después de la primera marcha de “Ni Una Menos”, es decir, durante el último año de gobierno del Frente para la Victoria (FPV) y el primero de Cambiemos, la situación de las mujeres en la Argentina no mejoró. “Nuestra agenda sigue siendo la misma que en 2015. Esto es lamentable”, lanza Alcaraz.
“Seguimos reclamando el patrocinio jurídico gratuito para mujeres víctimas de violencia de género, que se transformó en ley, pero no es una realidad; se decía que iba a haber pulseras electrónicas para controlar a los agresores y por ahora es sólo una prueba piloto que se hace en unas pocas provincias, no es un plan federal. Además, creemos que el presupuesto que tiene asignada la Consejo Nacional de las Mujeres no es suficiente y la ley de educación sexual integral que pedíamos se cumpliera en 2015 sigue intacta”.
“Micromilitancia”
Varias de las integrantes del colectivo original, aunque no participan de los encuentros organizativos, aportan al movimiento a través de sus acciones individuales. Se trata de las periodistas Marcela Ojeda, Ingrid Beck y Ana Correa, entre otras, que trabajan como periodistas en distintos medios, gráficos, televisivos, radiales, online, y en las redes sociales.
“No somos una ONG ni una Sociedad Civil, orgánicamente no tenemos nada definido. Pero si mañana falla alguna línea de ayuda a las víctimas, o sucede algo que conmueve, decimos que hay que salir y salimos. Mientras tanto, individualmente, cada una tiene sus lugares de laburo, su micromilitancia”, explicó Ojeda, que conduce, junto a Valeria Sampedro el único programa de género de Radio Nacional, “Mujeres de Acá”.
En el mismo sentido se manifestó Beck, quien coordinó la elaboración, el año pasado, de un Índice de Violencia Machista sin financiamiento, basándose en los testimonios de 59.380 casos para medir 15 dimensiones diferentes de violencia contra las mujeres. Lo presentó formalmente en noviembre y planea llevarlo a las provincias y otros países de la región.
“Los registros estatales de femicidios dan cuenta de la cantidad de muertes, pero no se meten con los otros tipos de violencia, con las instancias de violencia previas, que si son detectadas y tratadas podrían servir para prevenir los femicidios. Por eso quisimos trabajar en esto, hubo muchísima respuesta positiva de parte de las mujeres, para contar qué les pasaba. La idea es divulgar estos resultados, más allá de que estén online, para hacerle saber a todos que esos datos están disponibles”, sostuvo Correa.
Reconocimiento internacional
Puede decirse que los hitos de “Ni Una Menos” son las dos primeras marchas del 3 de junio, convocadas a través de las redes sociales (la primera tuvo como disparador la muerte de Kiara Páez en Santa Fe y reunió más de 200.000 personas sólo en Buenos Aires; la segunda se realizó en el primer aniversario).
También la realización del primer paro de mujeres y la movilización del “miércoles negro” -el 19 de octubre-, convocados por redes sociales después la conmoción que causó la violación y brutal homicidio de la adolescente marplatense Lucía Pérez.
En febrero de 2016, la primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, reconoció a “Ni Una Menos” por impulsar la ley de asistencia gratuita a las víctimas de violencia de género, promulgada en noviembre de 2015. Lo hizo durante su discurso ante estudiantes en Barracas para difundir su programa “Dejemos que las niñas aprendan”, uno de los hitos de su visita a la Argentina con el entonces presidente norteamericano,Barack Obama.
En noviembre, la relatora especial de Naciones Unidas, Dubravka Simonovic visitó por primera vez la Argentina para analizar la situación de las mujeres en el país. La funcionaria viajó a algunas provincias, mantuvo reuniones con funcionarios nacionales y locales, así como con referentes de género de la sociedad civil. Entre ellas, las integrantes de Ni Una Menos, quienes le entregaron a un informe sobre la cantidad de femicidios, pero también sobre las muertes por aborto clandestino -más de 300 por año- y el incumplimiento de la ley de aborto no punible.
Durante una conferencia de prensa, Simonovic destacó el trabajo de “Ni Una Menos”, que consideró “un movimiento que se adelanta al problema [de género]” y consideró que “el Estado debe ponerse a la par e intensificar esfuerzos”.
La relatora de la ONU también señaló que en la Argentina falla la aplicación de la ley de aborto no punible, -que permite interrumpir el embarazo por violación, malformaciones severas del feto o riesgo de vida de la madre- y consideró que ese incumplimiento es “una violación de los derechos” de las mujeres.
Al final de la visita, la ONU lanzó un comunicado donde reconoció al “movimiento argentino Ni Una Menos por darle protagonismo al tema de los femicidios y así lograr atraer la atención internacional”.
Correa destacó la importancia de esos reconocimientos, en particular las palabras de Simonovic sobre el incumplimiento de la ley de aborto no punible. Pero aclaró que, por el momento, el tema del aborto no se encuentra en la agenda de Ni Una Menos como colectivo.
Aunque varias plantean la necesidad de que se respete la ley de aborto no punible, y otras directamente están a favor de que se sancione una ley que impulse el aborto legal, la posición no es unánime.
Consignas entrecruzadas
En la segunda marcha del 3 de junio, así como en la movilización del “miércoles negro”, el 21 de octubre pasado, hubo banderas que pedían por la liberación de Milagro Sala; contra el gobierno de Mauricio Macri, a favor de Cristina Kirchner, por la diversidad sexual, entre otras reivindicaciones.
Y viceversa: en otras manifestaciones, no necesariamente relacionadas con la igualdad de género y contra la violencia machista, se levantaron las banderas de Ni Una Menos.
Sus impulsoras originales son conscientes de que la consigna que presentaron hace más de un año por redes sociales, de alguna forma, ya no les pertenece. Correa considera que es un fenómeno “maravilloso”. Ojeda agrega: “Cuando una consigna te excede, nadie es dueño y todos son dueños. Ni Una Menos no pertenece a nadie. Quien quiera apropiarse exclusivamente, miente. Yo, en particular, no me muevo del eje de los tipos de violencia hacia las mujeres”.
La periodista Ingrid Beck destacó el carácter “amplio” y “transversal” que tomó el colectivo desde que se formó en 2015. Correa coincidió: “Hay grupos de Ni Una Menos en las provincias, en las ciudades, en los colegios, en los sindicatos. El grupo original, promotor de aquella primera marcha, seguro va a seguir trabajando para visibilizar la violencia de género, en la prevención. Pero la buena noticia es que esto ya ganó la fuerza de un movimiento, nos excede”. (APFDigital)