La Policía de Entre Ríos detuvo en Rosario del Tala a un hombre de sus propias filas, un subcomisario que hasta hace un mes atrás figuraba como jefe de turno de la Policía de Nogoyá. Era cuestión de tiempo y de contar con elementos de prueba, y mucho tuvo que ver la serie de procedimientos efectuados esta semana en la Villa 351, donde fueron detenidos dos sujetos de apellido Sotelo, quienes integrarían la banda de asaltantes de domicilios, oficinas comerciales y estudios jurídicos y contables, con un modus operandi muy particular que les hizo ganar el mote de los "Rompepuertas", reveló el periodista Mauricio Antematten, en un informe para El Diario.
El subcomisario Oscar Braín comenzó a ser investigado hace al menos cuatro meses y los detectives de la División Robos y Hurtos habían logrado encontrar, en un trabajo comandado por quien era el jefe de esa División, comisario Carlos Schmunk, la conexión de este oficial con personajes del hampa paranaense, tras sospecharse que les "entregaba" los lugares donde podían accionar delictivamente con "seguridad" en la zona de Nogoyá.
En otras palabras, las sospechas que se debían sustentar con pruebas indicaban que Braín hacía las tareas de inteligencia para que la banda de los Sotelo desembarcara sin inconvenientes en el territorio bajo su vigilancia. Al parecer, Braín cometió varios errores que fueron aprovechados por los investigadores para meterse en su vida privada. Dejó de ser reservado en sus actitudes, sus gastos eran notorios y aparentemente a algunos les despertaba sospechas su forma de vida. Tenía a su pareja en Rosario del Tala, en un domicilio que también fue allanado ayer de tarde, al igual que el domicilio de un comisario mayor retirado, quien no quedó detenido, pero se sospecha que mantenía también contactos telefónicos con integrantes de la banda. Este funcionario policial fue hace algunos años, jefe de la Policía departamental Nogoyá. Memorias de computadoras, teléfonos celulares y documentación eran el objetivo de las requisas domiciliarias.
Respecto al detenido, se dice que Braín sabía que se le venía la noche y desde hace aproximadamente un mes obtuvo una licencia por decisión de junta médica e incluso se le retiró su arma reglamentaria.
Pese a que ya sabía que su captura era inminente, la resolución de formalizar la detención de Braín fue notificada por el fiscal Juan Francisco Ramírez Montrull a los integrantes de la comisión investigadora de Paraná, que, en forma conjunta con la Policía de Nogoyá, salieron al encuentro del policía acusado.
Llamativamente, desde algún sector oficial existió una filtración de información, por lo que ya a tempranas horas de la mañana en el microclima policial se sabía que viajaban a detenerlo. Dicen que la data pudo haber llegado a oídos de Braín, quien comenzó a cargar cosas en una camioneta y cuando intentaba salir de su domicilio fue aprehendido por funcionarios policiales que, por pedido expreso se adelantaron a la comisión que viajaba hacia allá con la finalidad de esposarlo como un delincuente común y trasladarlo a la Jefatura de Tala, como finalmente lo hicieron.
Fueron varios meses de seguimientos, escuchas telefónicas y recolección de pruebas las que esta semana posibilitaron la detención de dos personas en la Villa 351 y de nueve allanamientos que, a decir verdad, no dejaron satisfechos a los investigadores.
Según las pesquisas, en la Villa 351 debía estar al menos un buen porcentaje de los casi 600.000 pesos robados a la firma Swat de indumentaria para fuerzas de seguridad, que fue asaltada el fin de semana pasado. Solo se hallaron 20.000 pesos. No se pudo dar con las armas y existía un enojo entre policías y autoridades judiciales, difícil de disimular.
No obstante los elementos fueron suficientes como para detener a Remo y Luis Sotelo. Algunos volvieron a hablar de filtraciones de datos operacionales, aunque no en forma oficial y otros lamentaron que se esperara tanto tiempo para proceder, ya que se estimaba que estas detenciones se podrían haber efectuado antes. Desde la fuerza, apenas se concretó la detención de Braín, el mismo jefe de Policía, comisario General Gustavo Masléin, encomendó a su personal de Prensa que "notifiquen a los medios periodísticos de los procedimientos efectuados".Fuente: El Diario
El subcomisario Oscar Braín comenzó a ser investigado hace al menos cuatro meses y los detectives de la División Robos y Hurtos habían logrado encontrar, en un trabajo comandado por quien era el jefe de esa División, comisario Carlos Schmunk, la conexión de este oficial con personajes del hampa paranaense, tras sospecharse que les "entregaba" los lugares donde podían accionar delictivamente con "seguridad" en la zona de Nogoyá.
En otras palabras, las sospechas que se debían sustentar con pruebas indicaban que Braín hacía las tareas de inteligencia para que la banda de los Sotelo desembarcara sin inconvenientes en el territorio bajo su vigilancia. Al parecer, Braín cometió varios errores que fueron aprovechados por los investigadores para meterse en su vida privada. Dejó de ser reservado en sus actitudes, sus gastos eran notorios y aparentemente a algunos les despertaba sospechas su forma de vida. Tenía a su pareja en Rosario del Tala, en un domicilio que también fue allanado ayer de tarde, al igual que el domicilio de un comisario mayor retirado, quien no quedó detenido, pero se sospecha que mantenía también contactos telefónicos con integrantes de la banda. Este funcionario policial fue hace algunos años, jefe de la Policía departamental Nogoyá. Memorias de computadoras, teléfonos celulares y documentación eran el objetivo de las requisas domiciliarias.
Respecto al detenido, se dice que Braín sabía que se le venía la noche y desde hace aproximadamente un mes obtuvo una licencia por decisión de junta médica e incluso se le retiró su arma reglamentaria.
Pese a que ya sabía que su captura era inminente, la resolución de formalizar la detención de Braín fue notificada por el fiscal Juan Francisco Ramírez Montrull a los integrantes de la comisión investigadora de Paraná, que, en forma conjunta con la Policía de Nogoyá, salieron al encuentro del policía acusado.
Llamativamente, desde algún sector oficial existió una filtración de información, por lo que ya a tempranas horas de la mañana en el microclima policial se sabía que viajaban a detenerlo. Dicen que la data pudo haber llegado a oídos de Braín, quien comenzó a cargar cosas en una camioneta y cuando intentaba salir de su domicilio fue aprehendido por funcionarios policiales que, por pedido expreso se adelantaron a la comisión que viajaba hacia allá con la finalidad de esposarlo como un delincuente común y trasladarlo a la Jefatura de Tala, como finalmente lo hicieron.
Fueron varios meses de seguimientos, escuchas telefónicas y recolección de pruebas las que esta semana posibilitaron la detención de dos personas en la Villa 351 y de nueve allanamientos que, a decir verdad, no dejaron satisfechos a los investigadores.
Según las pesquisas, en la Villa 351 debía estar al menos un buen porcentaje de los casi 600.000 pesos robados a la firma Swat de indumentaria para fuerzas de seguridad, que fue asaltada el fin de semana pasado. Solo se hallaron 20.000 pesos. No se pudo dar con las armas y existía un enojo entre policías y autoridades judiciales, difícil de disimular.
No obstante los elementos fueron suficientes como para detener a Remo y Luis Sotelo. Algunos volvieron a hablar de filtraciones de datos operacionales, aunque no en forma oficial y otros lamentaron que se esperara tanto tiempo para proceder, ya que se estimaba que estas detenciones se podrían haber efectuado antes. Desde la fuerza, apenas se concretó la detención de Braín, el mismo jefe de Policía, comisario General Gustavo Masléin, encomendó a su personal de Prensa que "notifiquen a los medios periodísticos de los procedimientos efectuados".Fuente: El Diario
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